Un grupo de investigadores de la NASA encontró una explicación para uno de los fenómenos de nuestro sistema planetario: el hecho de que la capa más externa del Sol —la corona— alcance temperaturas mucho más altas que su superficie. Según un estudio publicado la semana pasada en la revista The Astrophysical Journal Letters, las lluvias de plasma sobre la estrella pueden explicar este misterio de la física solar.
Los científicos precisan que gases muy calientes y con carga eléctrica —el denominado plasma— se elevan a través de bucles magnéticos a medida que la superficie del Sol alcanza temperaturas mayores. Luego, al alejarse, el plasma se enfría y de nuevo regresa a la superficie de la estrella, informa un comunicado de la agencia espacial estadounidense.
Este proceso —que en la ciencia recibe el nombre de 'lluvias coronales'— lo comparan los especialistas con las lluvias que se producen en la Tierra, con la diferencia de que en este último caso son de agua y no de plasma. En nuestro planeta, cuando las temperaturas aumentan, el agua se evapora, se eleva y forma nubes donde, al enfriarse, se condensa y vuelve a caer en forma de lluvia, lo que a su vez enfría la superficie terrestre.
"La física es literalmente la misma", afirmó al portal Science News la autora principal del trabajo, Emily Mason, de la Universidad Católica de América (Washington D.C., EE.UU.), al describir la investigación preliminar.
Lugar equivocado
La especialista había investigado durante mucho tiempo las lluvias coronales en las enormes estructuras magnéticas conocidas como 'serpentinas de casco' ('helmet streamers', en ingles), pero todos sus intentos fueron en vano. Solo cuando decidió examinar también estructuras menores, antes no analizadas, logró alcanzar su objetivo y notó la lluvia de plasma en ellas.
Aparte de encontrar la evidencia de tales lluvias en lugares inesperados, los autores del estudio también arrojaron luz sobre otro fenómeno relacionado con la estrella. Hasta el momento, según datos de la ciencia moderna, se pensaba que las lluvias coronales podían aparecer solo en los bucles cerrados y que el plasma no podía escapar de ellos. Sin embargo, esta nueva investigación indica que el plasma empieza su 'movimiento' en un bucle cerrado, pero luego puede dividirse: mientras parte de él participa en la formación de lluvias coronales, el resto presuntamente encuentra en ocasiones un modo de salir y pasa a formar el viento solar.
Los resultados de la investigación señalan que el proceso de calentamiento de la corona es muy localizado y se produce solo en condiciones particulares. Mason precisó que aunque su trabajo no señala exactamente cómo se calienta la corona, sí da pistas sobre dónde podría ocurrir ese proceso.
RT