Rafael Correa presume su “década ganada” pero las cifras lo contradicen
“En un año más ya no estaré aquí, el país debe descansar de mí, y sinceramente yo también debo descansar del país. No es fácil gobernar Ecuador”, dijo el primer mandatario y achacó las culpas a la prensa y a la clase política.
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Todas las cifras que Correa presentó en el seno de la Asamblea Nacional dieron cuenta del país que recibió en 2007 y el que dejará el próximo año. Dijo, por ejemplo, que la pobreza multidimensional se redujo 16 puntos porcentuales y que 1,9 millones de ecuatorianos salieron de la pobreza en estos años; que el promedio de crecimiento del PIB fue de 3,9% mientras que en la región fue de 2,9%; que el 80% de la educación es pública y que se ha incrementado la matrícula escolar de la población más vulnerable -como los indígenas- que pasó de 89,2% a 96,8%.
También aclaró que en estos años contó con 169.281 millones de dólares para su gestión —36.035 millones fueron ingresos petroleros, 113.130 millones no petroleros y 20.116 financiamiento neto— y que las inversiones hechas le permitirán al país tener un ahorro de 3.600 millones anuales en el futuro. “No hay mejor ahorro que una buena inversión”, dijo y explicó que el ahorro vendrá dado, por ejemplo, en las carreteras y otras obras emblemáticas como las hidroeléctricas.
A pesar de este balance global aparentemente positivo, la gestión en el último año no tiene mucho de qué presumir. Empezando porque de las ocho hidroeléctricas prometidas para este año apenas una funciona al 100%, la otra opera al 50% y la tercera está en etapa de pruebas. Correa reconoció que la caída de los precios del petróleo, la reducción de las exportaciones, el descenso en la recaudación fiscal, la apreciación del dólar e incluso el pago de 1.000 millones de dólares a la petrolera Occidental (OXY) en los últimos seis meses configuraron una “tormenta perfecta”. Un total de 9.200 millones de dólares no entraron a la economía ecuatoriana, según el mandatario y esto se tradujo en menos liquidez, menor actividad económica y menos ingresos para el Estado.
Correa usó estos argumentos para justificar que hayan extendido medidas como las salvaguardias y aprobado legislaciones como la Ley para el Equilibrio de las Finanzas Públicas, que aumentó el Impuesto a los Consumos Especiales (ICE) de cigarrillos, bebidas azucaradas, gaseosas y cervezas, además de que creó un ICE del 15% para la telefonía móvil y fija de las sociedades, entre otras medidas. Adelantó que volverá a enviar a la Asamblea Nacional el controvertido proyecto de ley para gravar la plusvalía extraordinaria y las herencias, que fue retirado el año pasado por la presión social que generó.
A toda esta retahíla de golpes económicos se sumó la reconstrucción de las zonas afectadas por el terremoto del pasado 16 de abril, lo que ha motivado el alza temporal del IVA, que pasó del 12 al 14% y el aporte obligado para la población de parte de su salario, según sus ingresos. A esto se sumarán algunas acciones que tomará el Ejecutivo y que también se dieron a conocer en el informe a la nación, como la venta de las empresas estatales Transportes Aéreos Militares Ecuatorianos (TAME) y Cementera del Ecuador (EPCE); la empresa pública Fabricamos Ecuador (Fabrec), el Banco del Pacífico y medios incautados, como GAMA TV y TC Televisión; así como la apertura al capital privado de una parte de la Corporación Nacional de Telecomunicaciones (CNT), la empresa pública Flota Petrolera Ecuatoriana (Flopec) y las hidroeléctricas Sopladora, Manduriacu y Ocaña.
Es un hecho que el Estado empezará a adelgazar. Se eliminarán seis entidades estatales, entre las que está el Instituto Nacional de Idiomas, Conocimiento y Saberes Ancestrales, la Secretaría Técnica de Discapacidades y la Secretaría Técnica de Economía Popular y Solidaria. También desaparecerán 12 viceministerios, según anunció Correa.
Al final del informe quedó un sabor agridulce. En sus últimas palabras, el presidente citó a personas anónimas que le han dicho en sus recorridos frases como: “Sabemos que falta mucho por hacer, pero nunca se ha hecho tanto como ahora”. Insistió en que ha sido una “década ganada”, pero que va a ser “un año duro” de aquí al final de su mandato.
El informe a la nación transcurrió un día después de que la encuestadora Cedatos publicara un informe que señala que un 58% de la población desaprueba la gestión del presidente de Ecuador, cuando el gobernante comenzó su mandato en 2007 con un “registro inédito” del 73% de aprobación.