Marajovski consideró que los eventos vinculados al caso Skripal se han precipitado de manera "galopante": entre el incidente en la ciudad de Salisbury y la "terrible venganza internacional" hacia Rusia pasaron solamente nueve días. El analista calificó la situación de verdadero "turboescándalo superrápido".
La noche del 4 de marzo, la policía británica encontró a dos personas —un hombre de 66 años y una mujer de 33— inconscientes en un centro comercial en Salisbury, en el condado de Wiltshire (Reino Unido). La mañana del 5 de marzo, ya se sabía que se trataba del excoronel de Departamento Central de Inteligencia (GRU, por sus siglas en ruso) Serguéi Skripal y de su hija.
Un día después, el 7 de marzo, la policía apenas tuvo tiempo de establecer que Skripal había sido envenenado por un "agente nervioso". El secretario británico de Exteriores, Boris Johnson, recordó "el envenenamiento de Litvinenko" y afirmó que si se confirmara la participación de Rusia en lo ocurrido la respuesta por parte del Reino Unido sería dura.
Después de cuatro días más, el 12 de marzo, la primera ministra británica, Theresa May, declaró que la familia Skripal fue "envenenada con un agente nervioso de graduación militar del tipo que desarrolla Rusia", de un grupo conocido como Novichok. De acuerdo con la dirigente conservadora, además de Rusia, nadie posee la fórmula del veneno.
En seguida, May afirmó que si Rusia no diera una respuesta fiable sobre el envenenamiento de Skripal y su hija, Londres lo equipararía a un acto de empleo ilegal de fuerza contra el Reino Unido. Londres, entonces, dio 24 horas de plazo a Moscú para presentar una explicación oficial acerca del supuesto ataque.
Por su parte, el presidente ruso, Vladímir Putin, aconsejó a Londres aclarar la situación en torno al envenenamiento antes de examinar el incidente con Moscú. "Aclaren el asunto en su país, y luego lo abordaremos con ustedes", respondió Putin a una pregunta de un periodista de la cadena británica BBC acerca de si Rusia era la responsable del incidente.
Moscú rechazó el ultimátum de Londres y las "ridículas" acusaciones de implicación en el caso Skripal, al tiempo que ha ofrecido colaboración para investigarlo. El Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia solicitó con cortesía al Reino Unido, de conformidad con la Convención sobre la Prohibición de Armas Químicas, dar acceso a los materiales de la investigación, una muestra de la sustancia y, en general, cualquier detalle sobre el caso. El Reino Unido, sin embargo, no reaccionó a este requisito de cumplir con las normas internacionales.
"Mientras tanto, el mundo descubrió que May mentía un poco. Que Rusia ha destruido sus reservas de armas químicas hace mucho tiempo y antes de lo previsto (al contrario de Estados Unidos, que todavía posee armas químicas). Que el creador de la sustancia tóxica Novichok emigró a Estados Unidos hace ya 20 años, y hace una década publicó un libro en el que indicaba las fórmulas de los precursores de su creación. Y ahora todos la conocen", subrayó Marajovski.
Sin embargo, los países bálticos —Estonia, Letonia y Lituania— y Polonia fueron los primeros en apoyar la decisión del Reino Unido. Luego, Francia y Alemania también expresaron su "apoyo". Por último, el secretario de Estado de EEUU, Rex Tillerson, afirmó que su país confiaba totalmente en la conclusión que alcanzó el Reino Unidoacerca del caso Skripal. Poco después, Tillerson abandonó su cargo.
El 14 de marzo, May anunció la expulsión de 23 diplomáticos rusos en relación el caso Skripal. También comunicó que Londres revocó la invitación al país británico al ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, y que los funcionarios de alto rango y miembros de la familia real no viajarían al Mundial de fútbol de Rusia. Asimismo, la primera ministra declaró que el Reino Unido congelaría los activos de Rusia si resultara que amenazan la vida o los bienes de los británicos.
"[Mientras tanto], el Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia, con toda la seriedad, recomienda 'llamar a un adulto' que haya leído la Convención sobre la Prohibición de Armas Químicas y sea capaz de comunicarse de conformidad con el derecho internacional", ironizó Marajovski.
Según el analista, el desconcierto internacional ante el desarrollo de toda la situación se debe en gran parte a una razón:
"El mundo está conmocionado por la diferencia entre lo que solía representar el Reino Unido y la amarga payasada que se observó 'en la vida real'. Si fuera alguna Ucrania en el lugar de Inglaterra, nadie habría siquiera levantado la ceja", aseveró el analista.
Para Marajovski, es gracioso que mientras el Reino Unido y sus medios de comunicación promocionan la imagen de un país increíblemente astuto que domina el mundo, su primera ministra "se pone histérica y usa una lógica cómica" para explicar sus acciones. Sputnik
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