Los alimentos ultraprocesados son una "epidemia" en América Latina

  30 Octubre 2019    Leído: 900
Los alimentos ultraprocesados son una "epidemia" en América Latina

La Organización Panamericana de la Salud (OPS) presentó un informe en el que alerta sobre el avance de los alimentos ultraprocesados en las mesas familiares de América Latina en perjuicio de la comida casera. Advierten que esto genera "efectos alarmantes" en la salud y exigen regulación estatal.

El estudio titulado Alimentos y bebidas ultraprocesados en América Latina: ventas, fuentes, perfiles de nutrientes e implicaciones normativas revela que las ventas de alimentos y bebidas de este tipo crecieron un 8,3% de 2009 a 2014, el último año para el que se contaba con datos, y prevé que han aumentado otro 9,2% en 2019.

"Estamos observando el principio de una epidemia de consumo de alimentos ultraprocesados", evaluó Fabio da Silva Gomes, asesor regional en nutrición de la OPS. "Su venta crece desproporcionadamente en comparación con la de otros alimentos, invadiendo los platos con productos que no contribuyen a la buena salud", agregó. 

El informe reúne datos sobre Argentina, Brasil, Chile, Colombia, México, Perú y Venezuela, que juntos constituyen el 80% de la población de la región de América Latina y el Caribe.

El crecimiento en el consumo de alimentos ultraprocesados, bebidas azucaradas y comida rápida, explica la OPS, se debe a las estrategias de mercadotecnia y de publicidad en un mercado que "está prácticamente desregulado en la región". Esto hace que en Latinoamérica casi el 60% de los habitantes viva con sobrepeso.

Los alimentos más peligrosos:
Gaseosas.
Snacks dulces y salados.
Galletas.
Tortas, pasteles y postres.
Salsas y aderezos.
Barras energéticas.
Yogur endulzado con aromatizantes.
Helados.

La totalidad de los productos analizados contenía "cantidades excesivas" de al menos un nutriente crítico como azúcares libres, grasa total, grasas saturadas o sodio.

Estos productos ultraprocesados son elaboraciones industriales a base de sustancias extraídas o derivadas de alimentos, además de aditivos y cosméticos que dan color, sabor o textura para intentar imitar a los alimentos.

Tienen un bajo contenido en proteína, fibra alimentaria, minerales y vitaminas, en comparación con los alimentos sin procesar o mínimamente procesados.

Si bien esta epidemia afecta a toda la región, su crecimiento es dispar. Por ejemplo, la variación de las ventas per cápita de los alimentos ultraprocesados se situó en 3,4% en Venezuela y en 22% en Perú entre 2009 y 2014. En el mismo periodo, en Brasil y Chile las ventas per cápita de bebidas ultraprocesadas crecieron más que las de alimentos ultraprocesados.

¿Cómo revertir la epidemia?
El informe no da rodeos y exige que las autoridades nacionales de cada país tomen cartas en el asunto para detener esta epidemia alimenticia.

"Necesitamos que los Gobiernos establezcan políticas para restringir las ventas de estos productos. No pueden ser la base de nuestra alimentación, no pueden ser un producto esencial en nuestras dietas", cuestionó Fabio Da Silva Gomes. 

Entre las sugerencias que se le hacen a los Gobiernos, a la comunidad científica y a organizaciones civiles, se destacan el impulso de políticas fiscales, regulaciones "legales y de otro tipo" para informar al consumidor sobre el contenido de los productos, restringir la promoción de alimentos ultraprocesados, otorgar incentivos para que los alimentos mínimamente procesados sean asequibles y evitar que a los niños se les ofrezca comida chatarra en las escuelas.

Por último, la organización destaca que países como Barbados, Brasil, Chile, Dominica, México, Perú y Uruguay son algunos de los que han empezado a implementar una o más de estas medidas "con resultados alentadores".

sputnik


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