En su primer discurso después que un juez de la Corte Suprema anulase sus condenas por corrupción, el expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva habló, este miércoles, como un potencial candidato a las elecciones del próximo año. Asumiendo su felicidad por sentirse un hombre libre, personal y políticamente, Lula criticó a los jueces y fiscales de la Operación 'Lava Jato', y dijo haber sido víctima de la mayor injusticia de la historia brasileña.

«Fui víctima de la mayor mentira jurídica en los 500 años de historia del país», declaró Lula, acusando duramente al juez Sergio Moro, y a los fiscales de la Operación 'Lava Jato', en especial a Delta Dallagnol, uno de los líderes de las denuncias en el Ministerio Público, de haber formado una pandilla de obsesionados con su prisión.

El discurso fue en la simbólica sede del Sindicato de los Metalúrgicos de São Bernardo do Campo, donde se lanzó a la política en la década del 70, donde se entregó a la policía, en abril de 2018, y dónde estuvo al dejar la prisión, en noviembre de 2019, tras 580 días encarcelado.

«Estoy seguro de que él (Moro) está sufriendo mucho más que yo», afirmó el líder del Partido de los Trabajadores (PT), en un discurso de una hora y media en el que habló como candidato, criticando al actual Gobierno y recordando las conquistas de sus dos mandatos (2002-10).

El lunes, el juez de la Corte Suprema, Edson Fachin, anuló todas las condenas de Lula en primera instancia por los casos de un triplex en el balneario de Guarujá, una finca en el municipio de Atibaia, y la sede del Instituto Lula, todos en São Paulo, que según la operación anticorrupción encabezada por Moro eran sobornos de constructoras que Lula recibió a cambio de obras en la petrolera Petrobras.

Lula aseguró que estaba «muy tranquilo», que ya ha sido absuelto en todos los casos que no estaban en la corte de Moro y que seguirá luchando para que el juez, un potencial candidato a la próxima elección presidencial, «sea considerado sospechoso». «Ellos saben que cometieron errores y yo sabía que yo no los había cometido», agregó el petista que acusó a Moro de perseguirlo.

«Moro sabía que la única forma de atraparme era a través de 'Lava Jato'. Estaban obsesionados, querían crear un partido político. Pero la verdad prevaleció», aseguró Lula diciendo que no guardaba rencor, pero que esperaba que Moro fuese juzgado.

Moro, bajo sospecha
En un largo documento, el juez Fachin concluyó que Moro y los fiscales de la 13ª corte de Curitiba, capital de Paraná, al sur de Brasil, no tenían la «competencia jurídica» para juzgar a Lula ni los casos de Petrobras, que tiene sede en Río de Janeiro.

Fachin ordenó que los casos de Lula sean revisados por una corte de Brasilia, pero el pleno de la Corte Suprema inició el martes una votación sobre la parcialidad de Moro en el proceso, que si se confirma, anularía también las pruebas, dejando a Lula totalmente libre para volver a la política.

Las sospechas de que el juez Moro y los fiscales de acusación conversaban sobre las pruebas de Lula, vienen siendo confirmadas por mensajes hackeados en sus móviles, que según investigaciones de la Policía Federal serían verdaderos. Hay incluso indicios de manipulación de pruebas para apoyar las denuncias. Por petición de la defensa de Lula, la Corte Suprema autorizó que esos mensajes, obtenidos por hackers de forma ilegal, puedan usarse en el caso.

Discurso contra Bolsonaro
Lula dedicó también buena parte de su discurso a criticar el Gobierno de Jair Bolsonaro, con quien podría disputar la próxima elección, en 2022, caso de que se confirme la anulación de las pruebas en su contra.

«Este país no tiene gobierno, este país no cuida la economía, no cuida el empleo, no cuida los salarios, no cuida la salud, no cuida el medio ambiente, no cuida la educación, no se ocupa de los jóvenes, no se ocupa de los niños de la periferia», enumeró.

Lula, que se limpió las manos con alcohol y sólo se quitó la máscara cuando estaba a más de dos metros de distancia de otras personas, atacó la falta de vacunas contra el coronavirus en Brasil y la cantidad de muertes que se han producido y que ya se acercan a las 270.000. Brasil vive el peor momento de la pandemia y preocupa al mundo como cuna de variantes de la enfermedad.

«El dolor que siento no es nada», dijo Lula, refiriéndose a las víctimas de la pandemia y recordando los peores momentos de su prisión, cuando perdió a su hermano y un nieto pequeño. Poco antes de la prisión, Lula también perdió a su esposa, Marisa Leticia, según él, ante la presión que sufrió su familia con las investigaciones.

Pero Lula dijo que su dolor era menor frente a las personas que están pasando hambre durante la crisis económica y perdiendo a sus familiares por la falta de acción del actual Gobierno. Lula atacó las privatizaciones y las prioridades de Bolsonaro, al que acusó de preferir comprar armas que vacunas. El expresidente, además, aconsejó a los brasileños que se vacunen y que no escuchen a Bolsonaro, que llegó a negar la eficiencia de las campañas de inmunización. Lula, de 75 años, confirmó que se vacunará la próxima semana.

abc

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