Una aventura militar contra el «terrorismo kurdo» en Siria, cuya guerra sigue escupiendo refugiados a través de la frontera. Y una lira en urgencias que marca mínimos históricos frente al dólar. Los críticos con el Gobierno turco pintan un tormentoso paisaje de cara a las elecciones que Recep Tayyip Erdoganacaba de adelantar año y medio. Un órdago que, según la oposición, se debe al temor del presidente a que el ciudadano vote con el bolsillo y acabe pasándole una dolorosa factura política. «Eso es propaganda negra», rebate el primer ministro turco, Binali Yildirim, durante un encuentro con periodistas en Madrid
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