Los científicos del Centro de Investigación Ames de la NASA, el Instituto SETI y la Universidad de Nevada pretendían averiguar cómo habían aparecido las `Tierras Calientes`. Según el estudio, publicado en la revista científica The Proceedings of the National Academy of Sciences, las `Tierras Calientes` son planetas del tamaño de la Tierra que orbitan a una distancia muy cercana de las estrellas. De esta manera, los astrónomos analizaron 144 sistemas planetarios, capturados por el telescopio Kepler de la NASA, con la esperanza de encontrar planetas de un tamaño, como mínimo, dos veces superior al de la Tierra, los cuales orbitan alrededor de su estrella en menos de dos días. Resultó que 24 de los 144 sistemas estelares contienen `Tierras Calientes`.
Los 10 últimos descubrimientos del planeta rojo No obstante, es poco probable que estos lugares alberguen vida. La mayoría de estos planetas no gira —un lado siempre da a la estrella mientras que el otro se orienta en dirección opuesta—. Por lo tanto, una cara está siempre demasiado caliente para albergar vida, en tanto que la otra permanece congelada. Según indicó el líder de la investigación y astrónomo de la Universidad de Nevada, Jason Steffen, al menos una de cada seis `Tierras Calientes` no tiene un astro cercano en el campo de visión del telescopio Kepler.
El científico agregó que "conocer en profundidad las características de la variedad de planetas y sistemas planetarios que orbitan alrededor de estrellas distantes es el elemento clave para mejorar nuestro entendimiento del sistema solar y de la formación de planetas". "Una propiedad observable importante de un sistema planetario es su arquitectura, los tamaños y los periodos orbitales de los planetas dentro de un sistema y su relación entre sí", explicaron los investigadores.
De esta manera, mediante el análisis de los sistemas que contienen `Tierras Calientes`, los científicos pudieron situar el sistema solar dentro de una estructura más amplia. Además, los planetas descubiertos pueden arrojar luz sobre la aparición de la propia Tierra y ayudar a los investigadores a predecir qué otros cuerpos celestes podrían ser habitables y cuáles es mejor evitar.
Sputnik
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