El presidente de EE.UU., Donald Trump, y el líder norcoreano, Kim Jong-un, mantuvieron el domingo un breve encuentro en la zona desmilitarizada, que divide la península coreana, desde donde han pasado juntos a suelo norcoreano.
Trump se convirtió en el primer presidente de EE.UU. en pisar Corea del Norte. Aunque no fueron más de 20 pasos.
No obstante, todos esos gestos, idas y vueltas, terminaron sin resultado alguno, con sólo promesas de formar equipos de negociación para reunirse algún día de este mismo mes.
Varios candidatos a las primarias demócratas para las presidenciales de Estados Unidos, reaccionan con escepticismo a la reunión Trump-Kim, catalogándola de un “show” y “un espectáculo”.
“Es todo un show. Es solo simbolismo. No es real. Justo después de la cumbre de Singapur de hace un año, dijo al pueblo estadounidense, y todos lo recuerdan, que Corea del Norte no es más una amenaza. Pero, después volvió a hacer prueba de misiles”, censuró el senador demócrata Julián Castro.
Bernie Sanders, el senador estadounidense por el estado de Vermont, también mostró su preocupación por las increíbles incoherencias de Trump, que ha “debilitado” a la diplomacia estadounidense.
Si queremos traer paz a este mundo, necesitamos un Departamento de Estado fuerte, debemos avanzar diplomáticamente, y no solo posar para unas fotos, reprochó.
Trump y Kim se reunieron por primera vez el 12 de junio de 2018 en Singapur y alcanzaron ciertos acuerdos. En febrero, ambos dirigentes sostuvieron un encuentro en Vietnam sin alcanzar ningún resultado, debido a que los norcoreanos insistían en el levantamiento de las sanciones a cambio de la desnuclearización, pero los estadounidenses rechazaron la propuesta.
De hecho, mientras Corea del Norte pide una desnuclearización gradual, acompañada del progresivo levantamiento de sanciones, Estados Unidos dice que no relajará sanción alguna hasta que Pyongyang no elimine sus programas nucleares.
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