Omar Khayyam: el hombre que cambio la forma de medir el tiempo

  18 Mayo 2019    Leído: 788
  Omar Khayyam:   el hombre que cambio la forma de medir el tiempo

Gran matemático persa, astrónomo, filósofo y poeta, nos dejó la actualización del calendario zoroástrico y los rubaiyat o cuartetos.

Si en algunos países de Oriente preguntáramos quién es Omar Khayyam nos encontraríamos con una respuesta que no coincidiría con lo que en Occidente conocemos de él y es su contribución al mundo de las ciencias, en concreto a las matemáticas (las ecuaciones y el quinto postulado de Euclídes), a la astronomía (participo en el nuevo calendario persa conocido como jalaliana o seliuk que se sigue utilizando hoy en día en Irán y Afganistán), y a la filosofía (fue seguidor de Avicena).

Gracias a la traducción del Rubaiyat que hizo Edward Fitzgerald a mediados del siglo XIX comenzó a ser conocido como poeta en Europa y América.

De su vida conocemos que nació en la ciudad de Nishapur (Irán) el 18 de mayo del año 1048 y que falleció en el mismo sitio el 4 de diciembre de 1131. Su nombre fue Omar ibn Ibrahimal-Khayyami y pasó a utilizar Khayyam al dar a conocer sus poemas (en árabe significa fabricante de tiendas).

La provincia donde vivió Omar era un lugar próspero (con tierras fértiles) y que estaba situado en la ruta de comercio entre China y el Mediterráneo lo que permitió vivir en un lugar que estaba abierto al mundo, al que llegaban comerciantes que provenían de muchas partes de la tierra y que además de traer mercancías intercambiaban ideas, formas de ver la vida y compartían su cultura, eso le permitió a Khayyam tener una mente abierta y un conocimiento muy amplio de muchas materias.

Antes de dedicarse a la literatura su vida se centraba en la astronomía y las matemáticas y durante muchos años investigo y realizó numerosos descubrimientos. Es en éstas disciplinas donde más nos sorprende. Por ejemplo en matemáticas hay un término que utilizamos para despejar ecuaciones que es la x, pues él la llamó shay (cosa, algo), al pasarse a castellano se pronunciaría xay, y de ese sonido a la inicial x. Otro ejemplo de destreza en matemáticas es que aunque no se demostraría hasta más tarde Kayyam defendía que no se podían realizar ecuaciones de tercer grado con regla y compás y habría que esperar a Descartes en el siglo XVII que demostraría la teoría de las ecuaciones de tercer grado. Fue también pionero en el tema de las fracciones y de los binomios y nos dejó numerosos tratados y estudios.

Respecto a la astronomía, ya hemos citado anteriormente su participación en la modificación del calendario persa que se basaba en el calendario lunar y en la investigación que llevó a cabo y que le permitió calcular la duración de un año exacto sin errores, desmintiendo la teoría de que el año tenía 365 días, lo cual no era correcto, su cálculo era mucho más preciso que él del calendario gregoriano. También le encargaron dirigir en la ciudad de Isfahán un observatorio astronómico y lo hizo durante muchos años pero a la muerte de su mentor sufrió ataques de los musulmanes ortodoxos.

Otro aspecto que conocemos es que peregrino una vez en su vida a la Meca, y que entre otros trabajos fue profesor de matemáticas, historia, medicina, filosofía y juez en su ciudad natal.

"Decís que correrán ríos de vino, ¿Es el paraíso una taberna? Decís que todo fiel tendrá dos huríes(vírgenes), ¿Es el paraíso un burdel?"
OMAR KHAYYAM

En cuanto a la poesía se le atribuyen muchas obras (entre quinientas y mil) pero lo más seguro es que unas doscientas sean realmente suyas. Sus poemas hablan de las cosas buenas de la vida, del amor, de los placeres terrenales, del vino, pero si uno ahonda un poco más, se encuentra con una profunda reflexión sobre la existencia humana, sobre la religión, el universo y la naturaleza y detrás de todo ello una visión pesimista del mundo. Aprovechaba en sus escritos para hacer una crítica a la sociedad del momento, a la religión y la educación. Utilizaba estrofas formadas por cuatro versos dodecasílabos con un esquema de rima A-A-B-A escritos en lengua farsí. Sus versos empleaban siempre un vocabulario ingenioso, divertido y un tono sarcástico.

La manera en la que llegó a Europa la obra de Khayyam, es muy curiosa, Cowell un inglés que hablaba persa descubrió uno de los manuscritos de Omar en una biblioteca (Bodleian) y Fitzgerald comenzó a trabajar en ella y darla a conocer. Y tal ha sido su difusión que podemos decir que hay un cráter lunar que se llama Omar Khayyam, y que escritores de la talla de Borges, Wilde, Juan Ramón Jiménez hacen referencia en sus obras al autor persa.

Sin duda alguna Omar Khayyam se adelantó al Renacimiento, fue un hombre completo en todos los sentidos, con una amplia formación, pero sobre todo con un gran interés por desvelar los misterios del mundo, por dar respuestas. Lo que había dentro de él era un deseo de conocer el porqué de las cosas, pero sobre todo una búsqueda del sentido de la vida. Sus palabras y sus versos nos hablan del ser humano en todas sus dimensiones y desde lo más profundo de sus ser. Lo conocemos como poeta, pero su legado es tan inmenso que desde que somos pequeños y cuando comenzamos nuestros estudios sus descubrimientos forman parte de nuestro aprendizaje y nos acompañarán a lo largo de toda nuestra vida.

Elpais


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