La futura marcha de James Mattis como jefe del Pentágono destaca entre otras renuncias de quienes han servido durante la Administración de Donald Trump no solo por la importancia de su cargo a la hora de moldear la política exterior de Estados Unidos, sino también porque ha sido la primera persona en formular de manera explícita que decidió irse por sus discrepancias con el mandatario.
"Como usted tiene el derecho de tener un secretario de Defensa cuyas visiones estén mejor alineadas con las suyas <...>, creo que es correcto que deje mi cargo", escribió ese alto mando en una carta que presentó al presidente de EE.UU. el pasado 20 de diciembre.
El todavía secretario de Defensa estadounidense señaló que está firmemente convencido de la importancia de establecer fuertes alianzas para proteger los intereses de su país, de la necesidad de "tratar a los aliados con respeto" y de que hay que ser "firmes e inequívocos" con las naciones cuyos intereses nacionales están en conflicto con los de EE.UU., como China y Rusia.
La claridad con la que Mattis argumentó su renuncia genera nuevas preguntas; por ejemplo, cómo reaccionarán otros altos funcionarios de EE.UU., sobre todo los congresistas republicanos, que en las elecciones de mitad de mandato perdieron alrededor de 40 escaños y cedieron el control de la Cámara de Representantes a los demócratas.
Además, durante la presidencia de Trump varios de sus compañeros de formación se han manifestado en contra de algunas de sus políticas, una situación a la que ciertos medios estadounidenses incluso han definido como la "guerra civil" del Partido Republicano.
La decisión de retirar las tropas estadounidenses de Siria, que interrumpirá el apoyo que Washington brinda a las milicias kurdas frente a Turquía, no fue una excepción. Así, el senador Marco Rubio definió esa maniobra como "un error terrible", el senador Lindsey Graham la comparó con "un error al estilo de Obama" y el senador Ben Sasse afirmó que era "una decisión débil". El 19 de diciembre, otros senadores republicanos también airearon su descontento al respecto durante un almuerzo con el vicepresidente de EE.UU., Mike Pence.
El significado de la dimisión de James Mattis para el futuro político del inquilino de la Casa Blanca genera diferentes opiniones. Eli Lake, columnista de Bloomberg, sostiene que podría dejarlo sin apoyos en su propio partido: "Donald Trump quizás aún no lo sepa, pero su presidencia está colapsando".
Sin embargo, otras personas consideran que el presidente de EE.UU. podría aprovechar esta renuncia para rodearse de aliados. "En su mayoría, Mattis contrataba a demócratas", con lo cual "es una oportunidad" para que el mandatario "cambie a los responsables políticos del Pentágono" y "sería bueno si sucede", tuiteó Christian Whiton, exasesor de Donald Trump y George W. Bush en el Departamento de Estado norteamericano. RT
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