"Tenemos 5,6 millones de puertorriqueños que viven en todo el territorio de los Estados Unidos continentales. Debemos demostrar que tenemos fuerza y la usaremos en cualquier distrito donde los miembros del Congreso voten en contra de los mejores intereses de Puerto Rico", dijo el gobernador.
Puerto Rico es un estado libre asociado con Constitución y autoridades propias pero sin las condiciones de un estado completo.
Rosselló consideró que los puertorriqueños deben "mover sus estructuras cívicas en los distritos y estados para garantizar que sus prioridades se tomen en serio".
Sostuvo que el paso del huracán María por la isla el pasado año mostró que el estatus colonial hace que los puertorriqueños sean tratados como ciudadanos de segunda clase.
"No podemos hablar de democracia en lugares como Cuba, Venezuela y Afganistán si no estamos dispuestos a hablar sobre la privación de derechos de los ciudadanos estadounidenses en Puerto Rico", agregó.
En septiembre, a un año de la destrucción dejada por el huracán, las autoridades puertorriqueñas cuestionaron duramente el accionar de Washington en el período posterior a la catástrofe, que causó casi 3.000 muertos y extensos daños a la infraestructura de la isla.
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