Hace apenas dos años, Bikoro, en la República Democrática del Congo (RDC), era un auténtico cementerio. Cada día morían decenas de personas por una infección viral cuyos síntomas comienzan con fiebres, diarrea y vómitos, y llegan hasta insuficiencia renal, insuficiencia hepática y finalmente, muerte. Hoy, aunque el virus sigue causando muertes, la situación es completamente diferente.
La Organización Mundial de la Salud está muy animada por el nuevo método preventivo. La población local está colaborando. Y la campaña de vacunación está siendo un éxito.
Pero la del ébola es una epidemia complicada. Según informes de entidades especializadas como Médicos Sin Fronteras (MSF), este no es un brote clásico y controlable en una zona remota, sino que es mucho más preocupante.
Sorprende encontrar enfermos sin vínculo entre ellos, de zonas diferentes al foco inicial, que nadie sabe cómo se han contagiado. No hay información aún para medir la gravedad real de la enfermedad. La vacunación, quizás, junto con la concienciación de la población en riesgo, sean los métodos más eficientes para evitar que se expanda y vuelva a convertirse en una emergencia global.
HispanTV.es
Etiquetas: