La indignación y la atención mediática internacional obligaron al Gobierno de Indonesia a tomar medidas: Rizal se sometió a un tratamiento especial de desintoxicación para superar la adicción a la nicotina. Sin embargo, en este proceso el niño cambió su mal hábito de fumar por otro: la adicción a la comida basura. Debido al gran aumento de peso que sufrió, los terapeutas se vieron obligados a iniciar otro tratamiento.
Diane Rizal, su madre, dijo que el niño tenía salvajes rabietas si alguien trataba de detenerlo en su intento de hartarse de comida, exactamente la misma reacción que tenía en el pasado cuando quería más cigarrillos. "Se daba cabezazos contra la pared si no podía conseguir lo que quería. Por eso le daba cigarrillos al principio, debido a su temperamento y a su llanto", afirmaba.


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