En total se registraron más de mil 'suicidios' de predadores marinos cuando los tiburones acababan fuera del agua y morían deshidratados. Las razones de su comportamiento eran un misterio hasta que los representantes de la fundación científica local enviaron varios peces muertos al Departamento de Pesca y Recursos Naturales de California.
Los especialistas de la organización científica determinaron que los tiburones tenían el cerebro muy dañado.
"Algo había penetrado en el cerebro de los tiburones a través de la abertura nasal y los devoraba, por eso los depredadores perdieron su orientación y se arrojaron a la costa a morir", precisó el artículo.
Cuando los científicos de la Universidad de California en San Francisco llevaron a cabo las pruebas moleculares de las muestras de líquido cefalorraquídeo de las víctimas del raro fenómeno lograron establecer que eran los parásitos Miamiensis avidus los que se alimentaban del cerebro de los depredadores y provocaban síntomas similares en otros animales marinos.
Según los investigadores, el brote de la epidemia se debe a las fuertes lluvias que redujeron la salinidad de las aguas costeras. El hecho de que cambiara la composición química de su hábitat debilitó la inmunidad de los tiburones y los convirtió en presa fácil para los parásitos, afirmaron los científicos.
Sputnik
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