Tras comparar la hora de conexión de los diferentes usuarios se podía determinar qué contactos de su lista estaban hablando entre sí. Heaton se dio cuenta de que si una persona interrumpía su sueño y se conectaba para escribir mensajes a uno de sus contactos era posible que este último se conectara poco después para responder.
Rob Heaton advierte que dicha vulnerabilidad puede ser utilizada por parejas celosas para 'espiar'. Por otra parte, los hackers pueden vender la información sobre las rutinas de los usuarios a organizaciones que las podrían utilizar con fines publicitarios.
Por ejemplo, la gente que sufre insomnio u otros trastornos del sueño se arriesga a convertirse en el blanco perfecto para los productores de somníferos.
Reuters
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