El choque entre Miquel Iceta y Susana Díaz tensiona el PSOE a una semana del 26-J

  19 Junio 2016    Leído: 367
El choque entre Miquel Iceta y Susana Díaz tensiona el PSOE a una semana del 26-J
«¡Ay de aquel que se ve obligado a enfrentar pueblos!», responde el líder del PSC a la andaluza

El papel subsidiario al que se está viendo abocado el PSOE por la estrategia de polarización del PP y Podemos causa ya fuertes tensiones entre los barones en función del interés de pacto de cada cual en la que intuyen puede ser una etapa post Pedro Sánchez: gobernar con Podemos o abstenerse en la investidura de un candidato del PP.

Para desesperación del líder, que no quiere oír hablar de acuerdos porque sale tercero en los sondeos y eso solo conduce a afianzar su papel de «árbitro», ayer la principal federación, Andalucía, y el PSC, segunda fuerza en número de militantes y delegados en los congresos, volvieron a enzarzarse.

Fue por el comentario de Susana Díaz, hace una semana, de que «los votos de los andaluces no van a pagar los privilegios de Ada Colau». Todo un aviso a navegantes para señalar que no apoyará a cualquier precio que Sánchez llegue a La Moncloa con el apoyo de la formación morada si logra contra pronóstico quedar segundo.

Hace un par de días, la número uno al Congreso por Barcelona, Meritxell Batet, ya la respondió, pero ayer a mediodía, aprovechando la presencia de Sánchez en un mitin en Hospitalet (Barcelona), el primer secretario del PSC, Miquel Iceta, cargó duramente contra la mandataria andaluza.

Dice Iceta que «la barca, el timón, el rumbo y la carta de navegación las va a poner Sánchez» tras el 26-J y añadió: «No queremos privilegios, queremos justicia para este pueblo y todos los pueblos de España».

«¡Ay de aquel que se vea obligado a enfrentar pueblos para hacer valer sus ideas. Pobres ideas, pobre liderazgo!», remachó. Pero el asunto no quedó ahi porque el PSOE andaluz inmediatamente replicó en un tuit: «como dice el compañero Iceta, los socialistas no queremos privilegios sino igualdad para los pueblos de España».

Y Susana Díaz, sin citarle, aprovechó un mitin en Torremolinos para reafirmarse: «No estoy dispuesta a que se usen los votos andaluces para que haya una España de primera y otra de segunda».

Sánchez guarda silencio
En medio de la trifulca, Sánchez, que no entra al trapo de la presidenta andaluza pero va dejando mensajes de acercamiento a Podemos más que al PP, del que no quiere saber nada. Una actitud que alarma no solo a Díaz sino a los presidentes de Asturias, Javier Fernández; Aragón, Javier Lambán; Extremadura, Guillermo Fernández Vara; o Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page (espera que Sánchez «no se pase por el arco de triunfo la Declaración de Granada»).

El líder socialista les ignora y ayer comentó que si gobierna sacará adelante un «pacto político» con Cataluña. Nunca va a aceptar la consulta que defiende Podemos, porque es «problema, no solución», pero como «España no se puede gobernar si no se estima a Cataluña», desarrollará en la reforma constitucional «las singularidades y sus derechos históricos y la la lengua catalana». Anoche, en Valencia, su presidente, Ximo Puig, tradicional aliado de Díaz, se convirtió en apoyo coyuntural suyo porque su pacto con Compromis le impide apoyar una abstención con el PP.

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