Durante su investigación, que se realizó en el marco del proyecto Dead Sea Deep Drilling, los científicos perforaron un pozo de 450 metros de profundidad en los depósitos de fondo del mar Muerto.
Al analizar la roca extraída del pozo, los investigadores pudieron reconstruir los procesos geológicos que han transcurrido durante los últimos 220.000 años.
Ellos descubrieron rastros de erosión que datan del periodo de la revolución neolítica —período en que los hombres prehistóricos que se dedicaban a la caza pasaron a dedicarse a la agricultura—.
Según el profesor de la Universidad de Tel Aviv Shmuel Marco el pasto del ganado y la tala de bosques intensificaron la erosión del suelo e incrementaron la sedimentación.
Los geólogos sostienen que la presencia de una gran cantidad de arena indica que la erosión del suelo no fue provocada solo por causas naturales. Las condiciones climáticas y los procesos tectónicos del Holoceno no pudieron conducir a este resultado.
En el futuro, los investigadores planean descubrir huellas de terremotos en las muestras extraídas, ya que la actividad sísmica en el fondo del mar puede conducir al desplazamiento de capas.
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