Nairo Quintana: el 'escarabajo' colombiano que marcó historia en el ciclismo mundial
A su edad, no cualquiera puede vanagloriarse de haber ganado el primer lugar de la Vuelta a España (2016) o el Giro d'Italia (2014) y de acceder repetidamente al podio del Tour de France. Esta semana, el joven deportista marcó una vez más un hito en la historia del ciclismo: terminó segundo en el Giro d'Italia 2017, un éxito que lo ubicó entre los pocos nombres de ese deporte en lograr llegar al podio de tres grandes vueltas consecutivas.
Su primer entrenador, Rusbel Achagua, "amigo y compadre" de Nairo, contó en diálogo con Sputnik desde Arcabuco, el pueblo natal de Nairo, la historia de este prodigio del deporte mundial, en la que tuvo un rol muy importante. El instructor no escondió su inmensa alegría por los logros de su discípulo.
"Me siento orgulloso, porque Nairo nos malacostumbró a estar siempre en el podio. Para nosotros y para toda Latinoamérica, es un tesoro tenerlo allá y ver cómo ha crecido y el respeto que tienen por él", narró.
Arcabuco es un pueblo de 5.000 habitantes a unas dos horas de Bogotá. Allí, donde los Andes se acercan más al cielo, comenzó esta historia de triunfos. En 2004, Nairo tenía 14 años y la bicicleta era un medio de transporte "obligado", dijo Achagua.
"Para ir de su casa a su colegio eran 18 kilómetros y le tocaba desplazarse para ir y para regresar", narró. Esto no es extraño en la región, donde la bicicleta es el transporte cotidiano.
Boyacá, en particular, es la tierra de origen de buena parte de los nombres del ciclismo del país cafetero. Se han ganado el apodo de 'escarabajos', por ser capaces de trepar por las montañas como lo hacen esos insectos por superficies verticales, como paredes o árboles.
"Se les ha dado ese nombre a los ciclistas boyacenses porque cuando se empina la carretera, ellos se fortalecen. Trabajamos en una altura de entre 2.600 y 2.700 metros, lo que nos ayuda para tener mayor capacidad pulmonar y poder desarrollar actividades en otras regiones", explicó Achagua. De ahí que, en ciclismo de montaña, difícilmente otros tengan tanto prestigio como los boyacenses.