La declaración también señala: "Esperábamos que el alto comisionado condenara las graves consecuencias de la ocupación armenia de tierras azerbaiyanas, incluida la destrucción del patrimonio religioso y cultural, así como el terrorismo minero. Asimismo, esperábamos que instara a Armenia a cooperar sinceramente con Azerbaiyán para esclarecer el destino de los cerca de 4.000 azerbaiyanos desaparecidos."
La Comunidad también subraya que el alto comisionado no condenó el discurso racista recientemente difundido por el primer presidente de Armenia, Levon Ter-Petrosian, quien promueve la idea de crear un Estado monoétnico mediante la deportación de los azerbaiyanos. Además, se señala la construcción de un restaurante sobre las ruinas de una antigua mezquita en Ireván y las declaraciones revanchistas frecuentes de Armenia.
"Esperábamos que el alto comisionado pidiera a Armenia iniciar un diálogo con nosotros, los oriundos de Azerbaiyán Occidental, que luchamos por un retorno pacífico a nuestras tierras ancestrales. Sin embargo, el alto comisionado no ha abordado estos puntos. Al contrario, ha ido en contra de la soberanía y la integridad territorial de Azerbaiyán al solicitar la liberación de los criminales de guerra responsables del genocidio de Joyalí. Este llamamiento fomenta en realidad la impunidad", agregaron en su declaración.
Finalmente, instan al alto comisionado a no ser selectivo en su enfoque del derecho internacional, el derecho internacional humanitario y los derechos humanos, y a no interferir en el trabajo del sistema judicial de un Estado soberano.
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