Aunque la mayoría de la población es musulmana, los principios de igualdad de todos los ciudadanos y libertad de creencias religiosas son la base de la estructura social de Azerbaiyán, independientemente de su origen étnico.

El magnífico edificio de la sinagoga, recientemente construido por orden del presidente y entregado a los judíos de las montañas, es un claro ejemplo de tal respeto. Esta es una señal de profundo respeto no sólo por la comunidad judía, sino por todas las comunidades religiosas del país. Al mismo tiempo, la construcción del centro religioso y cultural judío pone de relieve el compromiso de Azerbaiyán con el diálogo interreligioso.

Todas las comunidades religiosas reciben apoyo financiero a nivel estatal, lo que demuestra la posición única de Azerbaiyán. Dicho apoyo no sólo garantiza la libertad de creencias religiosas, sino que también juega un papel importante en la protección de la diversidad cultural y religiosa. Como dijo el gran líder Heydar Aliyev, Azerbaiyán está orgulloso de su herencia de tolerancia y diversidad cultural.

Después de la restauración de la integridad territorial durante la Guerra Patria de Azerbaiyán, se está trabajando activamente en la dirección del desarrollo de las regiones, incluido Karabaj. Construir aeropuertos, construir carreteras, construir pueblos y ciudades inteligentes es parte de la estrategia para fortalecer la independencia y mostrar nuestra resiliencia frente a las amenazas externas.

Teniendo en cuenta esta situación, es natural que Estados Unidos se enfrente a un obstáculo en el Cáucaso Meridional: el Bakú oficial. Los éxitos multifacéticos de Azerbaiyán, que se ha convertido en un país líder en la región, causan gran preocupación entre los malhechores. Incluso la más pequeña victoria de nuestro pueblo les irrita. La conocida medida del Departamento de Estado de Estados Unidos es un intento de violar la independencia de Azerbaiyán.

Como ejemplo de nuestra unidad podemos recordar a Albert Agarunov, que tras su muerte recibió el título de Héroe Nacional de Azerbaiyán. La valentía que mostró hombro con hombro con los azerbaiyanos en la defensa de la patria indica solidaridad interétnica y un deseo común de paz y prosperidad.

El pueblo de Azerbaiyán aprecia mucho el espíritu de unidad y respeto mutuo que constituye la base del Estado y lo conduce hacia el futuro. Una actitud positiva hacia la diversidad religiosa y nacional no sólo preserva la paz y la tranquilidad en el país, sino que también sirve como ejemplo inspirador para el mundo entero.

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