El gobierno británico decidió ampliar su arsenal de armas nucleares por primera vez desde la caída de la Unión Soviética en 1991, según su primera revisión estratégica posbrexit que sitúa a Rusia, y en menor medida a China, como amenazas.
El Reino Unido elevará el techo máximo de su arsenal de ojivas nucleares de 180 a 260, lo que supone un aumento de casi 45%, según la revisión publicada este martes y que presentará el primer ministro conservador Boris Johnson ante el parlamento durante el día.
Según los medios británicos, las conclusiones del informe sobre defensa, seguridad y política exterior del país que determinará la línea del gobierno para la próxima década, el ejecutivo invocará una “panoplia creciente de amenazas tecnológicas y doctrinales” para justificar este cambio, sin precedentes desde el fin de la Guerra Fría.
“Dado que las circunstancias y las amenazas cambian con el tiempo, necesitamos mantener un nivel mínimo y creíble de disuasión”, justificó el ministro de Relaciones Exteriores, Dominic Raab, en declaraciones a la radio BBC. “Esta es la garantía última, la póliza de seguros última contra las peores amenazas de los estados hostiles”, añadió.
Tras haber completado su salida de la Unión Europea, con el fin del periodo de transición el pasado 1 de enero, el Reino Unido busca posicionarse como una potencia clave en el panorama internacional, según un concepto acuñado como “Gran Bretaña global”.
RUSIA Y CHINA
Así, el informe citado por la prensa advierte de la “posibilidad realista” de que un grupo terrorista “logre lanzar un ataque CBRN [químico, biológico, radiológico o nuclear) de aquí a 2030” pero también de los retos que representan respectivamente Rusia y China.
Sin embargo, según el diario The Guardian, el texto presenta el Kremlin de Vladimir Putin más como una “amenaza activa” que el régimen de Beijing, con quien Londres mantiene relaciones diplomáticas cada vez más tensas pero desea estrechar lazos comerciales y define aquí como “desafío sistémico”.
La noticia de un aumento del arsenal nuclear indignó a la ICAN (Campaña Internacional para la Abolición de Armas Nucleares), para quien “viola los compromisos que (Londres) ha adoptado en el marco del tratado de no proliferación nuclear”.
“La decisión del Reino Unido de aumentar su reservas de armas de destrucción masiva en plena pandemia es irresponsable, peligrosa y viola el derecho internacional”, denunció Beatrice Fihn, directora de esta oenegé.
El grupo Campaign for Nuclear Disarmament (CND) ve en esta iniciativa un “primer paso hacia una nueva carrera armamentista nuclear” y la tachó de “enorme provocación en el escenario mundial”.
“Mientras el mundo se debate con la pandemia y el caos climático, es increíble que nuestro gobierno elija aumentar el arsenal nuclear británico”, subrayó su secretaria general Kate Hudson, para quien “atizar las tensiones mundiales y malgastar recursos es un enfoque irresponsable y potencialmente desastroso”.
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