El director de la oficina médica gubernamental, Paul Kelly, evitó en una conferencia de prensa aportar detalles de las personas infectadas por la nueva cepa, un día después de que se detectaran los dos primeros casos de la variante del virus en el país oceánico.
Los cuatro casos han sido detectados en centros de cuarentena para las personas procedentes del exterior, aunque no se detalló de donde partieron esas personas.
Kelly defendió el sistema de cuarentena implementado para evitar la propagación del nuevo coronavirus al incidir que, en su opinión, "ha sido muy efectivo".
El pasado 14 de diciembre el ministro británico de Sanidad, Matt Hancock, alertó sobre una "nueva variante" que se propaga con gran rapidez del SARS-CoV-2, que había sido identificada en el Reino Unido.
Hancock aseguró que los científicos británicos habían detectado "una nueva variante de coronavirus que puede estar asociada a la propagación más rápida en el sur de Inglaterra".
Esta situación ha llevado a suspensiones de vuelos desde y hacia Gran Bretaña de varios países, y el gobierno británico ha impuesto duras restricciones a los desplazamientos en su territorio.
Mientras tanto, Australia está pendiente además de un pequeño foco de covid-19 en el norte de Sídney que ha obligado a confinar a unas 250.000 personas entre el sábado pasado y la medianoche del miércoles, mientras varias regiones han implementado restricciones de viaje a Nueva Gales del Sur, cuya capital es Sídney.
efe
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