"Desafortunadamente, la ciencia aún no nos permite evitar la diabetes y detenerla ya diagnosticada tampoco es posible. Sin embargo, hay una cosa que sí podemos evitar: el diagnóstico tardío", afirmó la doctora al subrayar la importancia de detectar la enfermedad luego de sus primeros síntomas.
La diabetes en niños y adolescentes suele provocar orina frecuente, sed constante, hambre excesiva, fatiga, debilidad, irritabilidad y pérdida de peso. Desafortunadamente, debido a la falta de información, muchos padres no hacen caso a las primeras señales de la diabetes y, en la mayoría de los casos, la enfermedad es diagnosticada cuando los niños ya se encuentran internados en cuidados intensivos, agregó Petryaykina.
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