Ocurre un terremoto en el campo del diseño de automóviles

  02 Agosto 2020    Leído: 757
Ocurre un terremoto en el campo del diseño de automóviles

El buen diseño vende, es una máxima conocida en el mundo del automóvil, pero que no siempre se lleva a cabo. A veces es el diseño funcional, nacido en la escuela Bauhaus, el que se impone, dando lugar a coches excelentes, pero poco emocionantes. En otros casos se recurre a extravagancias que se apartan de las tendencias del mercado y que suelen salir caras, o muy caras, a las empresas, que ven como las previsiones de ventas no se cumplen y el desastre económico cierne sobre ellas. Son notorios algunos fracasos… y también algunos éxitos. Basta que un modelo acierte de lleno con una nueva tendencia para dar la vuelta a la economía de una compañía. Renault lanzó el Scénic en 1996 y con sus beneficios pudo comprar una parte mayoritaria en Nissan para crear una alianza mundial, y algo parecido le pasó a Fiat que, con los beneficios del nuevo Fiat 500, se hizo con una economía saneada con la que tomó el control de Chrysler y Jeep.

No es extraño que los diseñadores se hayan convertido en estrellas del mundo del automóvil. Lo sabe, de sobra, Luca de Meo. El 'crack' italiano del marketing llegó en 2006 para dirigir Seat con la marca bastante encauzada en cuanto a producto, pero con poco desarrollo en cuanto a imagen, y se valió del equipo de diseño para realzar tanto la firma Seat como para poner en marcha su 'spin-off', la deportiva Cupra. Su 'partner in crime' fue Alejandro Mesonero. El madrileño -su tatarabuelo escritor tiene una calle en la capital-, ha sido uno de los primeros nombres españoles en dirigir el diseño de Seat, una firma que ha tenido a los mejores diseñadores dentro grupo Volkswagen: primero el gabinete de diseño de Giugiaro, después Walter da Silva, fichado desde Alfa Romeo, al que sustituyó Luc Donckerwolke, llegado a Seat desde Lamborghini y, a este último, el mencionado Alejandro Mesonero. Bajo su batuta Seat ha firmado algunos de los mejores coches del grupo Volkswagen, como el crossover Cupra Formentor, que se presenta estos días al público. Mención aparte merecen los prototipos Cupra El Born o Cupra Tavascan, que alumbran un futuro prometedor para la insignia deportiva de la marca, pero sus prototipos también han 'inspirado' a otras marcas del grupo, algo no muy del agrado de cualquier diseñador. en cualquier caso, ha llegado la hora del adiós. Luca de Meo fue fichado por Renault en mayo y su primer movimiento ha sido traer consigo a Alejandro Mesonero.

El español ya estuvo diez años en la marca del rombo, incluidos dos años en Corea del Sur, donde fue diseñador en Samsung Motors, la firma automovilística que fundó el grupo electrónico y que fue adquirida por los franceses en el año 2000. Su vuelta ha sido un fichaje al estilo futbolístico: cuando la cláusula del diseñador estaba a punto de vencer en Seat, Renault se ha hecho con sus servicios. En París se pondrá a la orden de Laurens van den Acker, el actual diseñador jefe de la marca del rombo. El holandés proviene de Mazda, donde puso en marcha el diseño 'japonés' que ha tenido continuidad en la gama de modelos de la firma oriental. En Renault ha sido el artífice de sonados éxitos como el Clio IV o el Captur, aunque otros coches como el Espace o Scénic no han funcionado tan bien en el mercado.

El objetivo de De Meo, que resucitó la marca Abarth cuando trabajaba en el grupo Fiat y ha creado Cupra dentro de Seat, podría ser relanzar Alpine como una marca alta de gama dentro de Renault. Es uno de los caminos que tienen las marcas generalistas para ganar dinero, ahora que tienen que realizar grandes inversiones para contar con la misma tecnología anti-emisiones que las firmas premium: y para vender coches más caros hay que hacerlos apetecibles y exclusivos. La unión tiene buena pinta, y en Renault Alejandro contará con una aliada de lujo, al valenciana Paula Fabregat, diseñadora del mayor hit actual del grupo, el Dacia Duster, y supervisora de las gamas Clio, Captur, Mégane y Renault RS, los modelos que dan los mayores beneficios del grupo.

De forma simultánea, Gilles Vidal abandonaba el pasado lunes el grupo PSA, y se anunciaba el miércoles como nuevo miembro del equipo de diseño Renault a partir de noviembre, cuando vence su contrato de confidencialidad. Bajo su batuta Peugeot y Citroën han alcanzado un destacado éxito. Peugeot ha brillado especialmente en su gama SUV, donde la marca ha pasado de no tener modelos a ser uno de las principales protagonistas en Europa, con coches de alto valor medio como el 2008, 3008 y 5008 y propuestas rompedoras como el interior 'i-cockpit', los 'colmillos' que lucen los frontales de los nuevos modelos de la marca o la felina garra que da luz a sus pilotos traseros. El camino de Citroën ha sido diferente, pero igualmente exitoso. Si hace cinco años nadie parecía apostar por la compañía dirigida en ese momento por Linda Jackson, la llegada del Citroën C3, de la versión Aircross y del C5 con el mismo apellido han convertido a la marca en una de las de mayor crecimiento en Europa. Los airbumps exteriores o el estilo 'lounge' del interior también han sido supervisados por el diseñador francés. PSA ha comunicado a regañadientes la salida de su actual gurú, sustituido por Matthias Hossan, que promociona internamente tras firmar algunos de los mejores concept-cars del mundo de la automoción, por ejemplo el Peugeot e-Legend.

Con el fichaje de los líderes de los equipos de diseño más en forma de Europa Renault se apunta un triple tanto. El primero es que pasa a conocer al detalle los lanzamientos de sus principales competidores en Europa: Volkswagen y PSA, el segundo es que muy mal tendrían que darse las cosas para que la marca no siguiera lanzando modelos de mucho éxito, como el Clio y el Captur, en el resto de segmentos. El tercero es un golpe 'de imagen', de los que tanto le gustan a De Meo. Si el fichaje de Alonso para la F1 ha sido un empujón moral para toda la compañía, el de los diseñadores significa que De Meo no va a fichar a los mejores en cada campo para devolver a Renault a los beneficios.

Puede sonar presuntuoso pensar que un diseñador influye en el valor de la empresa, pero es así. Desde el fichaje de Peter Schreyer -ex de Audi- por Kia, donde impulsó las ventas mundiales de la marca, tener un diseñador 'estrella' es clave para el resultado comercial de una marca. Hyundai se encargó de fichar a Luk Donkerwolke, ex de Seat y que estaba destinado a brillar en Volkswagen para su mejor proyecto: diseñar desde cero la gama de la nueva marca de lujo del grupo: Genesis, futura rival de Lexus. Su mano se nota también en los prototipos Hyundai 45 o en los nuevos Elantra y Santa Fe, aunque será el inminente Tucson el que llevará todos los avances en diseño que propone el diseñador francés. Otras marcas como Ford, Toyota o Volkswagen no ponen en primer plano a sus diseñadores, quizás porque el resultado final es un trabajo de equipo. En el caso de Ford, el jefe de diseño es Moray Callum -su hermano Ian Callum lideró hasta su jubilación el diseño de Jaguar- pero coches como el Bronco se deben al lápiz de Christopher Svensson, creador también del último Ford GT o, anteriormente, del popular Ford Ka europeo, nacido de su propio trabajo de fin de carrera. Svensson falleció en 2018 sin ver al Bronco finalmente producido, y uno de sus lemas es la clave de los movimientos actuales de diseñadores entre las marcas «un buen diseño es necesario para la venta de un coche, la gente querrá comprar tu producto si es atractivo, es el deseo de poseerlo el que mueve la compra».

El trabajo de un diseñador tarda entre tres y cinco años en ver la luz, el tiempo habitual de desarrollo de un nuevo modelo desde los primeros trazos hasta su llegada a la producción. Por tanto los nuevos diseños de los últimos fichajes llegarían al mercado en la temporada 2024/2025, antes veremos prototipos que desvelarán las principales claves de lo que nos espera en el futuro ¿minimalismo? ¿funcionalidad? ¿deportividad? ¿más fiebre SUV? Pronto lo veremos.

abc


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