Una semana con el iPhone SE: el iPhone para todos los públicos es una mirada al presente

  03 Mayo 2020    Leído: 777
  Una semana con el iPhone SE:   el iPhone para todos los públicos es una mirada al presente

Retrasado por las limitaciones productivas de la pandemia, Apple recupera un producto que dejó buen sabor de boca para empaquetar algunas innovaciones recientes que agiten la gama media del sector.

Es curiosa la evolución de la industria de la telefonía móvil en los último años. Android es el principal sistema operativo. El más utilizado. Ha conseguido llegar a todo el mundo al ser la base para la construcción de modelos para todo tipo de bolsillos. Pero se ha experimentado recientemente un extraño cambio: muchos fabricantes que asaltaron los cielos del mercado con productos de bajo coste con altas prestaciones han venido subiendo progresivamente los precios, tanto en la gama media como en la categoría «premium». En cambio, Apple ha hecho un movimiento muy interesante: ha recuperado un producto, el iPhone SE, lo ha actualizado con algunos componentes actuales y ha decidido atacar a todos los públicos con su segunda generación.

Es el iPhone para todos los públicos. Para aquellos que no desean gastarse el sueldo del mes en un “smartphone”. El nuevo dispositivo ha dejado de ser un teléfono mileurista. Pero para ello se han tenido que hacer algunas concesiones. Aunque es rápido y veloz, su cara estética apenas representa esos cánones de belleza actuales: gigantescas pantallas sin bordes, triples o cuádruples cámaras traseras y cargadores de última generación. Este terminal es, de primeras, todo lo contrario a lo que se espera. Su secreto, como las pizzas, está en su interior. Debajo se encuentran componentes actualizados que permiten ofrecer un comportamiento impecable.

Y es una estrategia empresarial fácil de entender. Se coge por banda el chasis del iPhone 8 -que va para tres años-, se le incorpora una cámara inspirada en el iPhone XR -lanzado hace dos años- y se le añade el microchip de los iPhone 11 -lanzado hace menos de un año-. El resultado es un producto equilibrado y versátil que puede satisfacer a muchos usuarios. Es cierto que si se viene de un móvil de mayor tamaño, las 4.7 pulgadas del nuevo modelo se antojan, de primeras, escaso. No es un gran problema porque, al cabo de poco tiempo, uno se acostumbra, pero si se va a utilizar para ver contenido multimedia se va a sentir algo enano después de todo.

Ficha técnica
Pantalla
IPS LCD 4,7 pulgadas
Resolución
1.334 x 750 píxeles
Dimensiones
138,4 x 37,3 x 7,3 mm
Peso
148 gramos
Chip
Apple A13 Bionic
RAM
3 GB
Cámara
12 MP (F1.8) y frontal de 7 MP
SO
iOS 13
Precio
Desde 489 euros


El panel, de tipo IPS LCD, viene bastante bien calibrado y cuenta con un exquisito nivel de brillo. Es una tecnología más perfeccionada que los paneles orgánicos de tipo OLED, tan valorados por la crítica, pero para gran parte de los consumidores es más que suficiente. Es cierto que todo viene empañado por unos marcos y biseles excesivamente grandes que te retrotraen a una época anterior. En conjunto, es un equipo cómodo y manejable que se puede transportar fácilmente en cualquier bolsillo del pantalón. Y eso, en los tiempos que corren, es de agradecer.

Es un regreso al pasado pero con una mirada hacia el futuro. Pero sobre todo un respaldo al presente. Porque las circunstancias del mercado de la telefonía móvil han cambiado y este terminal puede incentivar el consumo. ¿Se notará en la cuenta de resultados de Apple? Habrá que ver la acogida del mercado en los próximos trimestres. Además de su estética, uno de los detalles más interesantes viene de sus acabados en cristal brillante y con la cara frontal en color negro. Los colores escogidos también se ven favorecidos (negro, rojo y blanco).

Pero ahora centrémonos en su aspecto más importante, su interior. Apple ha empaquetado el mismo procesador de los iPhone 11, los A13 Bionic, que ofrece un gran rendimiento, y lo ha acompañado por 4 GB de memoria RAM, que aunque no es un dato que se suela comunicar en la presentación de la compañía durante los análisis nos encontramos con esa sorpresa. El resultado es un comportamiento fluido y rápido que no tiene nada que envidiar al de sus hermanos mayores.

Esta buena experiencia también se encuentra en otro apartado que, a priori, puede despertar dudas, la cámara. Partamos de la base de que la tendencia actual en el mercado de la telefonía es inundar de tres, cuatro o hasta cinco lentes algunos de sus productos. El planteamiento de cara marca es distinto, pero montar un ultra gran angular o potenciar el teleobjetivo es lo más extendido. Por contra, el iPhone SE se descuelga de todo ello para ir a lo básico, una sola cámara al estilo de los iPhone 8. Un sensor de 12 megapíxeles bastante luminoso (apertura focal de F1.8) está preparado para capturar imágenes con bastante calidad. Incluso es posible realizar el modo retrato, que permite realzar el primer plano del sujeto sobre un fondo desenfocado.

El resultado, aunque mejorable, es muy aceptable gracias al empuje de la fotografía computacional. Soporta tecnología de rango dinámico de la propia compañía, bautizada como Smart HDR, que mejora algunos detalles. Carece, sin embargo, de otras prestaciones como el modo noche -ahí el móvil sufre mucho- y su modo retrato es incapaz de detectar objetos. Del resto se puede decir que es bastante versátil. De igual manera viene estabilizada ópticamente, que es de agradecer. Le acompaña una cámara frontal de 7 megapíxeles con apertura focal de F2.2 que se encuentra en el mismo nivel de exigencia.

El terminal recupera en esta generación una de las señas de identidad de los iPhone en su historia, el botón físico, que había perdido con el salto a las pantallas «infinitas». Para algunos es un retroceso, para otros, algo insignificante. Su manejo no cambia respecto a los terminales que lo incorporaban, aunque se ha eliminado la respuesta háptica de la tecnología 3D Touch. Si uno se había acostumbrado a la interfaz gestual ahora hay que volver a educarse en cómo se maneja el dispositivo. El botón incorpora TouchID, la medida de seguridad de la compañía por medio de las huellas dactilares, que sigue funcionando a las mil maravillas. Así que si pensabas que podrias desbloquearlo por la cara estabas muy equivocado porque no cuenta con sistema de reconocimiento facial.

Este salto hacia atrás también se va, en cambio, hacia adelante con la instalación del sistema operativo iOS 13, la versión más actualizada, que promete por tanto varios años de uso sin problemas. La memoria también se encuentra a la par que los iPhone 11, con lo que empieza en 64 GB pero llega a configuraciones superiores (y más recomendables) de 128 y 256 GB. Una de las grandes pegas del terminal es, sin duda, la batería. Tiene escasa autonomía, aunque aguanta el día completo. En cambio, aparece la compatibilidad con carga rápida e inalámbrica. También es resistente al agua y polvo. La consecuencia de todo es que, sin innovar apenas, muestra el camino de la empresa hacia conquistar a nuevos públicos.

abc


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