Iker Casillas, de arquero símbolo del Real Madrid a superar un infarto y aspirar a ser presidente de la Federación Española

  14 Marzo 2020    Leído: 817
Iker Casillas, de arquero símbolo del Real Madrid a superar un infarto y aspirar a ser presidente de la Federación Española

Tras ser muchos años uno los mejores en su puesto y darse el gusto de consagrarse campeón mundial con España, se postula para ser el máximo dirigente del fútbol de su país.

“Seis kilos y medio, pesa seis kilos y medio”, le dijo Iker Casillas a un compañero del Real Madrid que se quedó admirado cuando un hincha le acercó una foto alzando la Copa del Mundo en Sudáfrica 2010, en el hotel de concentración del equipo.

Tras un infarto agudo de miocardio jugando para el FC Porto, Casillas, considerado uno de los mejores arqueros de la historia, decidió despedirse del fútbol para lanzarse de lleno a la candidatura a presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) en las próximas elecciones, en las que enfrentará al actual titular y también ex futbolista Luis Rubiales.

Casillas no lo tiene fácil y por ahora, según estimaciones, reuniría cerca de 30 votos, cuando necesitaría 70 para imponerse (serán 139 asambleístas). El ex arquero del Real Madrid, para lanzarse, consultó con ex rivales del Barcelona como Xavi Hernández y Carles Puyol (ex compañeros suyos en la selección española), quienes le manifestaron su apoyo.

Casillas nació en la localidad de Móstoles, en la provincia de Madrid, el 20 de mayo de 1981, y tuvo una prolongada y muy exitosa carrera. Fue arquero de la selección española de 2000 a 2016, y capitán del equipo entre 2006 y 2014, por lo que quedó para la historia la foto en la que levantó la única Copa del Mundo que ganó España hasta ahora, al vencer 1-0 a Holanda en Sudáfrica 2010. Cuando anunció su retiro en febrero pasado, se encontraba jugando para el FC Porto, al que llegó en 2015, luego de 16 temporadas en el Real Madrid.

Siempre le gustó el trato mundano, y cuanto más popularidad tuvo, más lo acentuó, al punto de que le encantaba visitar y conversar con los aldeanos de Navalacruz, el pueblo de sus abuelos. Sin ambición de poder, le huyó siempre a las cuestiones burocráticas. Con los sobrenombres de “El Santo”, o “San Iker”, es considerado oficialmente “Hijo Predilecto” de esta localidad y de Móstoles. Su nombre, como el de su hermano (Unai) se debe a que sus padres son vascos. Durante dos años, la familia regresó a Bilbao aunque luego volvieron a tierras madrileñas.

Casillas ingresó desde muy pequeño en las divisiones inferiores del Real Madrid, en el que debutó en Primera División en 1999 y fue capitán entre 2010 y 2015, siendo el segundo jugador con más partidos de la historia del club blanco (725) detrás de un ex compañero suyo, el delantero Raúl González (741). Es el jugador que más veces vistió la camiseta española (167) y es el séptimo en el mundo en partidos internacionales con una selección nacional. Con “La Roja”, además del Mundial 2010, ganó las Eurocopas de 2008 y 2012, completando un ciclo dorado, con tres títulos consecutivos.

Entre 2008 y 2012 fue elegido mejor arquero del mundo por la FIFA y por la máxima organización de Historia y Estadísticas (IFFHS), y entre 2007 y 2012 estuvo siempre en la lista de los candidatos al Balón de Oro. Sus dos tapadas al holandés Arjen Robben en la final del Mundial 2010 y las otras dos ante Italia en los cuartos de final de la Eurocopa 2008, cuando luego fue el héroe de los penales al atajarle a Daniele De Rossi y a Antonio Di Natale, forman parte de las jugadas más recordadas de la historia del fútbol español.

Casillas ingresó al Real Madrid en la categorías infantiles en la temporada 1990/91 y cuando aún jugaba en la categoría Juvenil A (cuarta), con sólo 16 años fue convocado para ir al banco de suplentes de la Primera en un partido de la Champions League 1997/98 ante el Rosenborg de Noruega, ante las lesiones del alemán Bodo Illgner y de Pedro Contreras, por lo que el titular fue Santiago Cañizares- Para poder conseguirlo, los dirigentes tuvieron que hablar con el director del instituto donde estudiaba. Posteriormente, los blancos ganarían su séptima Copa de Europa tras 32 años de sequía.

Ya en la temporada 1998/99 ingresó en el Real Madrid C y con sólo 17 años, formó parte de la selección española sub-20 que ganó el Mundial de Nigeria, con Xavi como figura central. Para el inicio de la temporada siguiente, la 1999/2000, se produjo su debut oficial en Primera en “La Catedral de San Mamés”, el estadio del Athletic de Bilbao, cuando sólo tenía 18 años y 115 días (el partido finalizó 2-2) y ya integró el equipo que le ganó la final de la Champions al Valencia (3-0) y consiguió la octava Copa de Europa para los blancos y Casillas se transformó en el arquero más joven en jugar y ganar una Champions, y recibió también el premio “Bravo” al mejor jugador juvenil de Europa.

Ya era reconocido como uno de los arqueros de mayor futuro del mundo, especialmente, tras consagrarse campeón mundial sub-20 en el Mundial de Nigeria 1999 integrando un gran equipo que dirigía Iñaki Sáez, que le ganó a Japón la final por 4-0 y en el que alternaba el puesto con Dani Aranzubia, y tuvo también de compañeros como Orbaiz, Yeste, Marchena, Gabri, Aganzo, y especialmente, la gran figura, Xavi Hernández, con quien forjó una gran amistad más allá de la rivalidad entre Real Madrid y Barcelona. “Ese Mundial coincidió con la sentencia Bosman que eliminó los cupos de extranjeros europeos por lo que ese título nos permitió reivindicar el futuro de los españoles”, reflexionó Casillas – que jugaba con el 13 en la espalda- años más tarde. “Iker era como ahora, igual de responsable”, recuerda Xavi. El arquero ya había sido campeón europeo sub-16 en Alemania 1997.

Desde 2000, cuando asumió Florentino Pérez como presidente del Real Madrid, comenzó a hablarse de un plantel compuesto por “Zidanes y Pavones”, en referencia a los llamados “Galácticos”, las mega-estrellas que comenzó a contratar el club, y a los jugadores surgidos en sus divisiones inferiores, como el defensor Francisco Pavón, aunque Casillas siempre sostenía “Yo no soy Galáctico, yo soy de Móstoles”.

Cuando ya parecía indiscutible en el arco del Real Madrid, el entrenador Vicente Del Bosque decidió quitarle el puesto en la temporada 2001/02 para dárselo al más experimentado César Sánchez pero sorpresivamente, éste se lesionó justo durante la final de la Champions League 2002 en Glasgow ante el Bayer Leverkusen y Casillas ingresó y se convirtió en figura junto con Zidane, autor de una espectacular volea que le dio el noveno título europeo a los blancos. Cuando meses atrás parecía una temporada nada agradable, se supo que uno de los arqueros que iba a ir al Mundial de Japón-Corea del Sur en 2002, Cañizares, tuvo una lesión en su pie y el joven arquero del Real Madrid terminó siendo uno de los convocados y también tuvo destacadas actuaciones.

Consolidado por años en el Real Madrid, indiscutible en el arco de los blancos, tuvo una de las más grandes atajadas el 4 de octubre de 2009 ante el Sevilla, cuando se arrojó de un palo a otro para sacar un remate a gol del argentino Diego Perotti en el estadio Sánchez Pizjuán. El legendario arquero inglés Gordon Banks dijo entonces: “Los reflejos de Casillas son increíbles. Si sigue jugando así, se convertirá en uno de los mejores arqueros de la historia”.

“¿Eres argentino?” – preguntó Casillas a este periodista en una larga entrevista para la revista de la FIFA- “te envidio, porque ustedes le dan a su selección nacional el lugar que merece. El día que nosotros hagamos lo mismo, tal vez tengamos alguna chance de ganar algo importante”, se lamentó a principios de siglo XXI. No muchos años más tarde, en 2008, la selección española inició una época dorada primero con la dirección técnica de Luis Aragonés, con el que ganó la Eurocopa 2008, y luego con Vicente Del Bosque, cuando se llevó la Copa del Mundo 2010 y la Eurocopa 2012. “Es increíble lo que pasó en tan pocos años, un milagro. No caigo de tanta felicidad”, comentó el arquero al reencontrarse con este interlocutor años más tarde en la noche del 11 de julio de 2010 en Johanesburgo, tras levantar la Copa del Mundo como capitán español.

En esa final, Casillas tuvo dos impresionantes tapadas al holandés Arjen Robben, a los 62 y 81 minutos, que impidieron que su rival ganara el título en los 90 minutos, antes de que en el alargue. Andrés Iniesta desatara la euforia con su gol.

“Da la casualidad que éramos compañeros en el Real Madrid por dos temporadas y entonces yo sabía por dónde se podía mover. Como él es un jugador súper rápido, yo me voy moviendo hacia mi lado izquierdo. Yo pensé que me iba a eludir porque no lo molestaba de atrás ningún jugador y venía en carrera y con pelota dominada y la ventaja la tenía él. Aguanté hasta el final y cuando él remata, sacas la pierna derecha por instinto y tienes la suerte de que te pega ahí. Yo creo que esa jugada la tiene diez veces y posiblemente mete nueve y más con su calidad, pero ese día tuve fortuna, tuvimos fortuna los españoles y quizá con el pie, que no es lo normal para que un arquero pare una pelota, conseguí desviarla”, contó años más tarde, con un relato demasiado humilde en el que ni siquiera se refirió a sí mismo como protagonista. Tras su rechazo al córner, Robben permaneció segundos tomándose la cabeza por la ocasión perdida y Puyol lo alentó como si hubiera metido un gol. “Cuando lo veo, se me ponen los pelos de punta”, admitió el delantero.

Pero Robben volvería a tener una chance veinte minutos más tarde. Muy cerca del final, cuando ganó las espaldas de los defensores, se fue, quiso eludir a Casillas en velocidad pero éste se quedó con la pelota. El holandés se vengó cuatro años después, en el 5-1 que Holanda le encajó a España en la fase de grupos de Brasil 2014. La jugada fue casi idéntica. El delantero se fue solo, pero esta vez prefirió girar hacia el medio, dejarlo en el suelo, y definir de media vuelta, al ángulo, arriba.

Casillas había sido fundamental, también en 2010, cuando en cuartos de final le contuvo un penal al paraguayo Oscar Cardozo cuando iban 0-0 y que pudo significar el pase a semifinales del equipo tricolor que dirigía entonces Gerardo Martino.

Justo con la llegada de José Mourinho como DT del Real Madrid, en la temporada 2010/11, Casillas se convirtió en el capitán del equipo, ante las salidas de Raúl y de Guti. Más allá de que al terminar esa temporada, los blancos ganarían la Copa del Rey tras una larguísima sequía, en poco tiempo comenzarían los problemas entre el arquero y el entrenador, en un ambiente de enorme crispación general y en el contexto del reinado absoluto del FC Barcelona de Pep Guardiola.

En la temporada siguiente, la 2011/12, por fin los blancos ganaron la Liga con 100 puntos y 121 goles aunque la dicha no fue completa porque fueron eliminados en semifinales de Champions por el Bayern Munich en los penales (Casillas tapó los de Toni Kroos y Philipp Lahm), pero la temporada más difícil para el arquero sería la tercera y última del entrenador portugués, la 2012/13, cuando le quitó la titularidad y lo llegó a acusar de ser el topo que revelaba a la prensa lo que ocurría puertas adentro.

Mourinho había sido contratado para la temporada 2010/11 para frenar al Barcelona de Guardiola, especialmente después de que en 2009/10 consiguiera eliminarlo en semifinales, dirigiendo al Inter de Milán, en dos partidos muy duros, especialmente el segundo en el Camp Nou. El portugués fue generando un clima de guerra que fue envolviendo a los jugadores blancos, buena parte de la prensa madrileña, que se hizo adicta, y dividió las tribunas del estadio Santiago Bernabéu, y Casillas fue una de las víctimas de la situación.

El 18 de septiembre de 2011, por la cuarta fecha de la Liga 2011/12, el Real Madrid perdió 1-0 ante el Levante en el estadio Ciutat de Valencia en un partido muy accidentado y entonces un año más tarde, otra vez en el mismo contexto, el 11 de noviembre de 2012 (esta vez ganó el Real Madrid 1-2), la situación empeoró y hubo muchos incidentes, especialmente en el vestuario, tras el partido, entre el local Ballestero y el zaguero blanco Pepe. Casillas hizo de mediador imposible.

Cuenta el periodista Diego Torres en su libro “Prepárense para perder” que antes de terminar la primera temporada, el presidente Florentino Pérez reunió a los capitanes Sergio Ramos y a Casillas, y les pidió que respaldaran al DT y que en lo posible, lo hicieran públicamente. Casillas dijo entonces en Onda Cero: “Mourinho es un grandísimo entrenador. A día de hoy, probablemente sea el mejor del mundo. Lo que ves por la TV te puede gustar o no. Era raro verle por la tele, pero claro, ahora lo veo, lo conozco, estoy con él todos los días y te puedo decir que lo defenderé, daré la cara por él porque creo que como persona es un 10 y como DT, ahí están las pruebas”.

Sin embargo, tras un 1-1 en el Bernabeu ante el Barcelona, cuando el equipo se fue aplaudido porque los dos partidos anteriores había caído en el Clásico (0-2 y 2-6), Mourinho esperó en el vestuario a sus jugadores para decirles que eran “traidores e hijos de puta, el plantel más traidor que tuve en mi carrera”, porque según él, alguien había dado la alineación a la prensa, pero Casillas se fue a la ducha sin decir nada. La final de la Copa del Rey de 2011 en Mestalla, resuelta en el alargue por Cristiano Ronaldo, se festejó de una manera especial. Casillas fue el héroe al tapar tres impresionantes jugadas de gol de Lionel Messi, Pedro e Iniesta, todas en el segundo tiempo, y luego, en los festejos, se envolvió con una bandera española. Varios jugadores del Barcelona se sorprendieron porque algunos colegas del Real Madrid ni los saludaron. El DT había dado charla previa con mucho contenido político e histórico para marcar las diferencias entre Madrid y Barcelona (que dijo que conocía bien por haber vivido allí).

Llegó un momento en el que el vestuario estaba dividido entre los que apoyaban a Mourinho (Pepe, Di María, Xabi Alonso, Granero), los indiferentes (Adebayor, Carvalho, Lass y Khedira) y los indignados (Casillas, Ramos, Arbeloa, Higuaín y CR7).

Hasta ese momento, las cosas eran diferentes. Mourinho había pedido el Balón de oro 2010 para Casillas y su entrenador de arqueros, Silvino Louro, repetía que nunca había visto una atajada como la del arquero a Iniesta en la final de la Copa del Rey 2011. El cerebro del Barcelona sacó un remate fuerte y con efecto al segundo palo, pero el arquero juntó las dos piernas con una velocidad increíble, quedó flotando en el aire y alcanzó a sacar la pelota con la punta de los dedos. En el banco de Mestalla, Mou comentó esta jugada con admiración ante sus colaboradores Faría, Louro, Chendo y Karanka, y llegó a decir que esta atajada lo salvó de una temporada miserable.

El primer choque importante fue por la capitanía. Mourinho, ya manager también al lograr la salida de Jorge Valdano como dirigente, pensó en quitársela a Casillas para dársela a alguien de campo con la idea de que el arquero suele estar lejos de las jugadas, yendo contra una tradición blanca de que el capitán siempre es el más veterano en partidos. Se la ofreció a CR7 pero éste la rechazó con desdén. Finalmente no se concretó pero aumentó el clima de desconfianza entre ellos.

La temporada 2010/11 tuvo, además, otros dos tremendos partidos entre el Barcelona y el Real Madrid por la semifinal de la Champions. Los de Guardiola habían ganado 0-2 en la capital española, cuando el DT azulgrana dijo que su colega portugués era “el puto amo” de Madrid, y Mourinho se quejó abiertamente del arbitraje y de la UEFA, lo que le costó una suspensión para el partido de vuelta, al que directamente no acudió y se quedó en el hotel para verlo por TV. En el autobús que llevaba a los jugadores blancos hacia el Camp Nou, sólo Aitor Karanka, ayudante del DT, se sentó adelante y entonces Casillas tomó la palabra como capitán para pedirles a sus compañeros que respetaran el esquema táctico pero que se olvidaran de tomar tantas precauciones y se atrevieran a atacar al Barcelona sin inhibiciones: “¡Vamos! ¡Hay que salir a ganar! ¡Se tiene que ver que vamos a por el partido! ¡Que se nos vea!”. Fue 1-1 pero el Barcelona se clasificó a la final por el 0-2 de la ida.

Pocos meses más tarde, otra vez llegaron dos Clásicos para iniciar la temporada 2011/12, por la Supercopa de España. Empataron 2-2 en el Bernabeu y el Barcelona venció 3-2 en el Camp Nou con una gresca final por un patadón de Marcelo a Cesc frente a los bancos de suplentes. Fue cuando el DT portugués le puso el dedo en el ojo al fallecido ayudante de Guardiola, Tito Vilanova. Le había dicho a sus jugadores que si perdían, no se quedaran para la entrega del premio. En ese contexto, Casillas se dejó llevar en un arrebato contra Cesc creyendo que su caída era una simulación, y Xavi no alcanzó a persuadirlo, aunque el arquero, ya más tranquilo en su casa, vio el video y descubrió la patada de Marcelo y se dio cuenta de la grieta ridícula que estaba resquebrajando a la selección española y decidió llamar a Xavi y a Puyol para disculparse por todos esos meses, un acto de una grandeza inusual. Y lo hizo público, aunque tomó desprevenidos a Mourinho (que lo consideró una traición) y a Florentino Pérez.

Ante el Galatasaray, por el trofeo Bernabeu, Casillas fue al banco y sabía que era un castigo. Decidió ir a buscar a Mourinho al centro de entrenamiento de Valdebebas y le dijo que se sacaran las caretas, que no se soportaban pero que en la cancha daría todo lo mejor por el equipo. Desde ese momento, el DT comenzó a erosionar su imagen toda vez que pudo. En una oportunidad, Mourinho sugirió al plantel comenzar a hablar mal de los árbitros y Casillas (que ya le pedía como Ramos a Florentino Pérez que echara a Mourinho al final de la temporada porque ya pocos lo soportaban), lo interrumpió: “Mira, aquí cada uno puede hacer lo que quiera. Ya somos todos mayores, así que quien quiera hablar mal de los árbitros, que lo haga y el que no, no. Yo lo que pienso es que en vez de estar pensando en los árbitros, lo que tenemos que hacer es dejarnos de historias e ir partido a partido porque si no, nos vamos a despistar. Para mí sería una equivocación y así vamos a perder la Liga seguro”.

Cada vez que era consultado, Casillas decía en los medios que él venía “de otra escuela”. “Inculco los valores que me enseñaron gente como Hierro, Raúl, Redondo, Roberto Carlos, Guardiola, Abelardo o Luis Enrique”, aunque despotricaba cuando veía que algunos medios le cortaban esa parte en la edición.

En diciembre de 2012, llegó el gran escándalo cuando Mourinho dijo a MARCA que había “tres ovejas negras” en el plantel y colaboradores del presidente Pérez dijeron que en el equipo había jugadores que preferirían perder con tal de que se fuera el DT. Florentino se reunió entonces con Casillas y Ramos y les pidió que se autogestionaran para ganar la Champions y se olvidaran del entrenador. Como Mourinho tomó pésimamente que Casillas hiciera las paces con Xavi, lo envió al banco contra el Málaga y entró Adán y el Madrid perdió 3-2. En el partido siguiente ante la Real Sociedad, Casillas fue nuevamente al banco y Adán entró como titular pero para sorpresas de la vida, a los 8 minutos le hizo penal a Xabi Prieto, fue expulsado y tuvo que entrar el arquero de la selección española en medio de un clima hostil del Bernabeu hacia Mourinho, pero especialmente por su enfrentamiento con CR7, con quien ni se hablaba.

Justo cuando a principios de 2013 Casillas recuperó el puesto, ante el Valencia por la Copa del Rey, en enero, chocó contra su compañero Álvaro Arbeloa y se fracturó su mano izquierda. El Real Madrid contrató entonces al gallego Diego López, que tuvo muy buenas actuaciones y cuando Iker tuvo el alta médica, no jugó ninguna de las tres competencias. Mourinho primero dijo que tenía “el alta médica pero no la competitiva” y luego reconoció que le gustaba más el juego de López y el debate en los medios fue alto y con mucha crispación.

Las eliminaciones en semis ante el Borussia Dortmund de Jürgen Klopp y en la final de la Copa del Rey ante el Atlético Madrid precipitaron la renuncia de Mourinho el 20 de mayo. Diego Torres cuenta que en la fecha 36 ante el Málaga en el Bernabeu, Mou ya estaba harto de todo y decidió no acompañar al equipo en el bus. Acusaba a los jugadores de traición ante el presidente y fue recibido por los Ultras Sur con una pancarta de 20 metros en la entrada del Hotel Sheraton que decía “Mou, te queremos”. Al bajar los jugadores, uno de los fanáticos gritó “Casillas, ¡deja de filtrar y vete a tomar por el culo!”. Era una campaña del DT tratando de hacer creer que era un topo y saboteador y fue tomado por algunos medios, ante el silencio del club y el del propio arquero, que no buscaba enfrentarse. Ese mediodía, Mourinho dio una conferencia de prensa: “Del mismo modo que Casillas puede llegar y decir a mí me gusta un entrenador como Del Bosque, un entrenador como Pellegrini, un entrenador más manejable como no sé quién, ¡es legítimo que lo diga! Yo, como entrenador, tengo legitimidad para decir ¡me gusta más Diego López! Y conmigo, mientras yo sea entrenador del Madrid, va a jugar Diego López. ¡No tiene historia!”. Pepe, que antes era considerado un lugarteniente del DT, pidió “respeto” para Casillas y fue enviado a la tribuna, reemplazado por Raúl Albiol, que casi no jugaba, y aunque no estaba como titular Varane, que fue la excusa para perderle el puesto.

Ya con el italiano Carlo Ancelotti como DT en la final de la Champions League de 2014 ante el Atlético Madrid en Lisboa, Casillas cometió un error en el gol de Diego Godín aunque el empate final de Ramos lo dejó atrás. Pero tras otra derrota por goleada ante los de Diego Simeone, la afición lo culpó y lo silbó y él respondió con enojo. Ya desde ahí comenzó a haber cierta división, sumado a la pérdida de la titularidad en el arco de la selección española a manos de David De Gea.

Para la temporada 2015/16 emigró al FC Porto luego de 17 temporadas como jugador del Real Madrid y para leer el comunicado de despedida estuvo ocho minutos, entrecortado por las lágrimas de emoción. “Defendí los colores del club más importante del mundo por 25 años, en los que no sólo me formé como deportista sino como persona educándome en los valores que indican su escudo: el respeto, el compañerismo, el compromiso y sobre todo, la humildad. Por sobre todas las cosas, más que por ser un buen o mal arquero, quiero que la gente se acuerde de mí por ser buena persona”, alcanzó a balbucear.

Tras tres temporadas y media en el Porto, decidió retirarse en febrero pasado. Primero se lo comunicó al presidente del club, Jorge Nuno Pinto da Costa, que lo elogió. “Antes de anunciar su candidatura a la presidencia de la RFEF vino a almorzar conmigo para contármelo”. El 1 de mayo de 2019 había sufrido un infarto agudo de miocardio en un entrenamiento. Tenía obstruida la arteria coronaria derecha.

Casillas se retiraba del fútbol con un envidiable palmarés de 24 títulos: 6 ligas (5 en el Real Madrid y una en el Porto), 2 Copas del Rey, 5 Supercopas (4 y 1), 3 Champions, 2 Supercopas de Europa, 3 Mundiales de Clubes, 1 Mundial con España y dos Eurocopas. Es al arquero que más goles le hizo Messi (17).

Tuvo tan fenomenales actuaciones que llegó a ser calificado por el diario deportivo madrileño AS con cuatro ases, cuando el máximo son tres. Su fama se extendió por el mundo, y llegó a participar de la película “Torrente 3”, con Santiago Segura, junto con sus compañeros de entonces Guti e Iván Helguera.

Está casado con Sara Carbonero, presentadora de TV, a quien conoció en la Copa Confederaciones 2009 y se hizo famosa por un beso en cámaras durante el Mundial 2010. Tienen dos hijos, Martín y Lucas. De hecho, una agencia de publicidad que promociona se llama “Recuerdos de Sudáfrica SL”. Casillas abrió en 2015 una agencia de representación de futbolistas. La revista People le calculó una fortuna de 245 millones de dólares.

“Yo no soy Galáctico, yo soy de Móstoles”, es una frase que lo caracteriza y que encabeza la tribuna en el estadio de la ciudad, acaso uno de los mejores homenajes que pudieron hacerle.

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