Las ensoñaciones de la ciencia ficción serán una realidad a finales del año que viene en la capital: la Empresa Municipal de Transportes (EMT) contará con el primer autobús eléctrico sin conductor. El pasado 26 de febrero, el ente público aprobó el proyecto para desarrollar el llamado «Auto-Bus». Este vehículo, según adelantaron a ABC fuentes de la compañía, empezará a realizar de forma autónoma las tareas de repostaje y lavado, así como los desplazamientos a los talleres y a su plaza de aparcamiento asignada en el depósito. Este plan es el primer paso para que en un futuro –cada vez más cercano–, al igual que ocurre desde febrero en la Universidad Autónoma de Madrid, se ensayen rutas para que estos autobuses sin piloto transporten a pasajeros por toda la ciudad.
Para desarrollar este sistema, se utilizará un minibús eléctrico modelo Gulliver, al que se le dotará de la tecnología adecuada. En implementar todo este proceso se necesitarán unos 24 meses, incluidos los estudios previos, que ya se han iniciado. Este vehículo se moverá por el futuro centro de operaciones de La Elipa (avenida de las Trece Rosas, 3), en Ciudad Lineal, sin necesidad de destinar a un operario para ejecutar esas funciones.
En estas cocheras cien por cien eléctricas –cuya transformación terminará este octubre–, el minibús autónomo será capaz de desplazarse por una superficie total de 40.000 metros cuadrados, repartidos en 32.000 metros de aparcamiento para los autobuses; 6.000 destinados a talleres y mantenimiento, y cinco calles de repostaje.
Ventaja competitiva
Cuando el operario deje el autobús en la cochera, el vehículo se colocará de manera autónoma sobre los pantógrafos –un sistema articulado de barras que transmite corriente eléctrica–, donde recuperarán la energía gastada. El bus será capaz de gestionar por sí solo las prioridades de carga y de situarse en la zona de aspirado de vehículos. A continuación, se moverá hasta su plaza de aparcamiento, donde esperará hasta que un conductor inicie una ruta.
La primera fase del proyecto, ya en marcha, tiene que ver con el análisis del vehículo y el entorno por el que transitará. Después, se procederá a la intervención del autobús para automatizarlo y se desarrollará el «software» de percepción y control. Por último, se instalará el sistema de monitorización y comprobación externa del vehículo hasta llevar a cabo las pruebas pertinentes en la propia cochera.
Este plan se realiza con la colaboración del Instituto Universitario de Investigación del Automóvil Francisco Aparicio de la Universidad Politécnica de Madrid. Además, el proyecto ha obtenido ayudas a la financianción del Centro Para el Desarrollo Tecnológico Industrial (CTDI) del Ministerio de Ciencia eInnovación. En total, para su puesta en marcha se invertirán 1.073.713 euros.
Con este sistema innovador, la compañía pública –que dirige el también delegado de Medio Ambiente, Borja Carabante (PP)– pretende «mejorar las operaciones de la empresa en lo que se refiere a ahorro de tiempos, costes y espacio». Al mismo tiempo, subrayan desde la EMT, se logra mantener así su «posicionamiento como entidad puntera en investigación, en línea con las estrategias y políticas a nivel europeo». De hecho, en Europa se fomenta la investigación en este sentido para mantener el pulso y la competitividad con Estados Unidos y China. Varios operadores internacionales de París, Mánchester, Hamburgo, Estocolmo y Singapur ya han comenzado pruebas similares con buses autónomos.
abc
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