El Mobile World Congress (MWC) de Barcelona está herido de muerte. La GSMA, la asociación de operadores que organiza el evento, ya no puede aplacar el clamor de la casi veintena de grandes firmas que han anunciado su huida por la crisis del coronavirus. Una lista a la que ayer se sumaron los gigantes estadounidenses AT&T, Facebook, Cisco e Intel. El consejo de la GSMA se reunirá este viernes para decidir si finalmente cancela o aplaza la feria tecnológica, aunque algunos miembros de la asociación presionan para que la decisión se adelante y poner fin a la incertidumbre. A poco más de una semana del comienzo del evento, el coste de la cancelación superará los 500 millones de euros.
El pavor al contagio por el coronavirus está a punto de torcer el brazo de los organizadores del MWC de Barcelona, que han luchado contra viento y marea por mantener vivo el evento frente a la continua sangría de grandes firmas que han decidido no acudir a la cita tecnológica más importante del mundo. Incluso algunos miembros de la organización dudan de que se pueda aguantar al viernes para tomar una decisión definitiva. El año pasado asistieron 2.400 empresas.
Ayer, el golpe vino de Estados Unidos. La compañía de redes Cisco, el fabricante de chips Intel, las operadoras AT&T y Sprint, la red social Facebook y la de antivirus Mcafee anunciaban que cancelaban su asistencia. Y hasta la marca de móviles china Vivo tiraba la toalla frente a firmas del mismo país como Huawei, que solo han aplicado por ahora medidas preventivas. Y lo mismo hacía la taiwanesa Mediatek, que fabrica procesadores para 5G, o la canadiense Accedian. Este miércoles se ha sumado el gigante japonés Rakuten, que ha justificado su ausencia ante la necesidad de garantizar "la salud y la seguridad de los clientes, socios y empleados".
El abandono de AT&T ha pillado por sorpresa a la dirección de la GSMA y puede ser el detonante para que adelante la decisión sobre la cancelación a la prevista antes del viernes, según fuentes de los operadores, que recuerdan que AT&T no solo es la primera compañía telefónica de EE UU con gran presencia en Latinoamérica sino un miembro relevante del consejo de la propia GSMA.
“Por precaución, los empleados de Facebook no asistirán al Mobile World Congress de este año debido a la evolución de los riesgos de salud pública relacionados con el coronavirus”, decía sin ambages el comunicado de la empresa de Mark Zuckerberg. Esta ausencia es especialmente significativa y dolorosa, ya que la GSMA ha apostado en las últimas ediciones por atraer nuevas estrellas tecnológicas del mundo web, al margen de operadores y fabricantes de terminales. Y Facebook era un reclamo fabuloso.
Ante esta situación, el consejo de la GSMA, el máximo órgano directivo de la asociación, se reunirá este viernes, día 14, para decidir finalmente si cancela o aplaza el congreso. Fuentes de la organización explicaron que se trata de un encuentro ordinario ya programado que mantiene el equipo directivo en todas las ediciones una semana antes de la celebración de la feria, cuyo estreno es el lunes, día 24 de febrero. Pero otras fuentes no dudan en que se trata de una reunión clave, de la que saldrá una decisión definitiva y clara sobre la continuidad del Mobile.
El difícil equilbrio de las operadoras
Operadores tan relevantes como Vodafone o Deutsche Telekom ya han hecho ver que en estas circunstancias es inviable y hasta contraproducente seguir adelante con el Mobile. En el caso de Telefónica, al ejercer de anfitriona, se ha mostrado más prudente, porque tanto el Gobierno como la Generalitat de Catalunya respaldan que siga adelante el Congreso y verían con muy malos ojos el anuncio de una espantada de la multinacional española. En el caso de Orange, se limitó a señalar que por ahora sigue adelante, aunque subrayando que “la salud y la seguridad de nuestros empleados es prioridad principal”. El consejero delegado de Orange, Stéphane Richard, es presidente de turno de la GSMA.
El consejo de la GSMA está formado precisamente por 26 representantes de las principales operadoras de telecomunicaciones como Telefónica, Deutsche Telekom, Vodafone, Orange, AT&T, Verizon, América Móvil y las chinas (China Mobile, China Telecom y China Unicom). Su postura será fundamental para dirimir la decisión final.
Si finalmente se decide la cancelación, el coste será millonario. Solo el gasto directo para las empresas participantes (expositores, entradas al MWC, viajes, dietas, hoteles y presentaciones) asciende a cerca de 500 millones de euros, según fuentes del sector. Uno de los capítulos más onerosos es el alquiler del espacio en la Fira. Un metro cuadrado de stand cuesta en torno a 1.200 euros, por lo que, en conjunto la factura se eleva a 150 millones. Como ejemplo, ausentes como Ericsson y Facebook reservaron 6.000 y 1.200 metros cuadrados respectivamente.
La cancelación también afecta a las entradas para los asistentes, que tienen un coste de entre 799 y 4.999 euros, para el evento que se celebra en dos recintos, la Fira Gran Vía y la Fira Montjuïc. También se perderían las subvenciones públicas. Solo el Ministerio de Economía aporta cada edición cinco millones de euros a fondo perdido,
No se descarta tampoco que la GSMA decida un aplazamiento a primavera, que permitiría una renegociación de las reservas de espacios e infraestructura para aligerar la enorme factura que supone la anulación de la feria.
A la espera de la decisión que adopte la GSMA, los trabajadores continuaban ayer con el montaje de los expositores y con los preparativos de la feria. Y tanto el Gobierno central como la Generalitat y el Ayuntamiento de Barcelona cerraban filas y apostaban por la continuidad del evento.
Gobierno y Govern resisten
La ministra de Hacienda y portavoz del Gobierno, María Jesús Montero, pidió que se dimensione “adecuadamente la realidad de lo que sucede”, con el fin de “no alentar una situación, en la que la desinformación impida hacer un adecuado diagnóstico y se terminen provocando daños”.
La portavoz de la Generalitat, Meritxell Budó, recordó que no existe “ninguna recomendación por parte de ninguna autoridad sanitaria” de que no se celebren grandes eventos como el Mobile, aunque precisó que deben ser los organizadores los que decidan si se mantiene o no el evento y no el Govern.
Por su parte, el Rey mantiene su propósito de inaugurar el congreso. Fuentes de la Casa del Rey aseguran que la visita a la capital catalana sigue en la agenda y que en este momento no existe ninguna razón para replanteársela, informa Miguel González.
elpais
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