Tras dos años cayendo, esta temporada Samsung va a volver a crecer. Los datos, presentados por varias consultoras, son optimistas, aunque el aumento se cifra en torno al 1%. De ahí, la tecnológica se enfrenta a un punto de inflexión en su trayectoria. Porque después de varios trimestres perdiendo cuota de mercado, la firma surcoreana va camino de ganar más peso creciendo en torno a un 7% interanual.

Un escenario en el que se ha podido beneficiar de algunos cambios en el sector ante la incertidumbre del veto estadounidense a Huawei, su más directo competidor que, pese a todo, no ha sentido apenas los latigazos de la crisis. Samsung se ha fortalecido en el terreno de la gama media al tiempo que, ahora, ya piensa en renovar uno de sus buques insignia.

Según los primeros rumores aireados por internet a través de Evan Blass, conocido por sus aciertos, el Galaxy S11 llegará en febrero y, entre otras novedades, se cree que permitirá grabar en vídeo en calidad 8K, el nuevo estándar de imagen a perseguir que debe estar listo para los próximos Juegos Olímpicos de Tokio 2020 cuando comiencen las primeras emisiones bajo esta señal. También se da por hecho que una de sus lentes contará con un sensor de 108 megapíxeles y un zoom de cinco aumentos.

Al igual que la estrategia de esta temporada, todo apunta a que el gigante asiático va a comercializar hasta tres modelos distintos de su teléfono, dos de ellos diferenciados por tamaño (6.1 y 6.7 pulgadas), además de una versión más accesible que se quedaría en unas 5.8 pulgadas al estilo del Phone 11 Pro. Se da por asumido que su pantalla será tecnología Amoled, al igual que su compatibilidad con las redes 5G. Todos funcionarán con estas conexiones.

Además, la densidad de su batería se ha filtrado y, según vaticinan los analistas, el Galaxy S11e incorporará una batería de 4.000 mAh, mientras que los Galaxy S11 «normales» alcanzarán los 4.300 mAh. Unas cifras que garantizarán casi dos días de uso según las estimaciones.

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