Estudian enviar a Marte humanos en hibernación

  19 Noviembre 2019    Leído: 978
Estudian enviar a Marte humanos en hibernación

Una tripulación adormilada requiere una nave más pequeña y menos costes, según científicos de la Agencia Espacial Europea (ESA).

La NASA pretende enviar a sus astronautas a Marte en 2033, un reto gigantesco repleto de complicaciones. Una de ellas es la duración del viaje. Llegar hasta allí, sin la invención de una tecnología que alcance velocidades relativistas, se prolongaría durante unos 200 días. Y luego hay que volver. Un largo trayecto que implica múltiples retos, desde el espacio habitable hasta el almacenamiento de víveres para la tripulación.

Una de las propuestas para superar estas trabas suena a ciencia ficción, pero según investigadores de la Agencia Espacial Europea (ESA), no es tan descabellada como parece. ¿Y si los astronautas entraran en una especie de hibernación para cruzar la inmensidad del espacio»?

La imagen parece sacada de la película «2001: Una odisea en el espacio», pero los científicos de FCD (Concurrent Design Facility) de la ESA han evaluado las ventajas que tendría la hibernación humana para un viaje a un planeta vecino. Querían saber cómo la hibernación puede influir en el diseño de la misión. Para ello, tomaron como referencia una hipotética misión para enviar a seis humanos a Marte y regresar en un plazo de cinco años.

«Trabajamos para ajustar la arquitectura de la nave espacial, su logística, protección contra la radiación, consumo de energía y diseño general de la misión», comenta Robin Biesbroek, de la FCD. Además, los investigadores observaron qué hacer en caso de emergencia, cómo manejar la seguridad humana e incluso qué impacto tendría la hibernación en la psicología del grupo. A partir de ahí salió una hoja de ruta para lograr un enfoque para llevar humanos hibernados a Marte dentro de 20 años.

Una nave más pequeña
El estudio encontró algo interesante: la masa de la nave espacial podría reducirse en un tercio al eliminar los cuartos de la tripulación, con una reducción similar en los consumibles, equivalente a varias toneladas de masa ahorrada. La hibernación se llevaría a cabo en pequeñas cápsulas individuales que funcionarían como cabañas mientras la tripulación está despierta.

En teoría, el «sopor» de la hibernación se conseguiría administrando un fármaco. Al igual que los animales que hibernan, se esperaría que los astronautas adquiriesen grasa corporal adicional antes del sopor. Sus cápsulas de caparazón blando se oscurecerían y su temperatura se reduciría enormemente para enfriar a sus ocupantes durante su crucero proyectado de 180 días entre la Tierra y Marte.

La fase de crucero en hibernación terminaría con un período de recuperación de 21 días, aunque según la experiencia de la hibernación de animales, la expectativa sería que la tripulación no experimentase un desgaste óseo o muscular.

Menos radiación
La exposición a la radiación de partículas de alta energía es un peligro clave de los viajes al espacio profundo, pero debido a que el equipo de hibernación pasará tanto tiempo en sus cápsulas de hibernación, entonces el blindaje, como los contenedores de agua, podrían concentrarse a su alrededor.

Claro que con toda la tripulación incapacitada durante largos períodos de tiempo, la misión debería estar diseñada para operaciones en gran medida autónomas, con un uso óptimo de la inteligencia artificial y la detección, aislamiento y recuperación de fallos para mantener un nivel mínimo de rendimiento del sistema hasta que la tripulación pueda ser revivida.

Dormir como un oso
«Durante un tiempo, la hibernación se ha propuesto como una herramienta innovadora para los viajes espaciales humanos», explica la líder del equipo de SciSpacE, Jennifer Ngo-Anh. «Si pudiéramos reducir la tasa metabólica básica de un astronauta en un 75%, similar a lo que podemos observar en la naturaleza con grandes animales en hibernación como ciertos osos, podríamos terminar con un ahorro sustancial de masa y costes, haciendo misiones de exploración de larga duración más factibles».

«Y la idea básica de poner a los astronautas en hibernación de larga duración en realidad no es tan descabellada: se ha probado y aplicado un método ampliamente comparable como terapia en pacientes con traumatismos en cuidados intensivos y aquellos que se someten a cirugías mayores durante más de dos décadas», afirma Ngo-Anh. La mayoría de los centros médicos más importantes tienen protocolos para inducir la hipotermia en los pacientes a fin de reducir su metabolismo para ganar tiempo, manteniendo a los pacientes en una mejor forma de lo que estarían de otra manera.

«Nuestro objetivo es construir sobre esto en el futuro, investigando las vías cerebrales que se activan o bloquean durante el inicio de la hibernación, comenzando con los animales y pasando a las personas», señala la investigadora.

abc


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