Una de las principales noticas de la Cumbre del G7, celebrada en la ciudad francesa Biarritz, ha sido la visita sorpresa del ministro de Exteriores de Irán, Mohammad Javad Zarif, que llegó por invitación de su homólogo francés, Jean-Yves Le Drian.

Según señaló The Washington Post, la invitación al canciller iraní a la reunión del G7 fue una iniciativa personal del presidente francés, Emmanuel Macron. Ambos se reunieron en París en vísperas de la cumbre para discutir el destino del acuerdo nuclear.

La visita no programada de Zarif, que no había sido anunciada, representa una apuesta del anfitrión del evento, que busca calmar las tensiones intensificadas entre Irán y Estados Unidos y actuar como negociador entre ambas naciones, apuntan medios.

El máximo diplomático iraní pasó unas cinco horas en Biarritz. Habló con su homólogo francés por más de tres horas y se reunió con el presidente Macron al margen de la cumbre.

"La diplomacia activa de Irán en la búsqueda de un compromiso constructivo continúa", escribió Zarif en su cuenta de Twitter al finalizar las conversaciones. "El camino por delante es difícil. Pero vale la pena intentarlo".

¿Una sorpresa para Trump?
Zarif no sostuvo conversaciones con el presidente Donald Trump ni con nadie de la delegación de Estados Unidos, pero la presencia de ambos en el mismo lugar despertó la esperanza de una distensión, señalan varios medios.

Las autoridades francesas afirmaron que el presidente de EE.UU. estaba al tanto de la llegada de Zarif y sugirieron que el tema fue discutido durante un almuerzo improvisado que compartieron Trump y Macron el sábado, reseña AFP. "Trabajamos con total transparencia con los estadounidenses", aseguró un diplomático bajo condición de anonimato.

Otro alto funcionario de la Administración Trump insistió en que el presidente no fue sorprendido por la llegada de Zarif, a pesar de la confusión entre sus ayudantes. Cuando se le preguntó al respecto, Trump respondió a los periodistas: "Sin comentarios".

Teherán y Washington
La crisis entre Teherán y Washington fue uno de los principales temas de la cumbre. Las relaciones entre ambos países empeoraron drásticamente después de que la Administración Trump retiró a EE.UU. del acuerdo nuclear internacional con Irán y luego estableció duras sanciones económicas enfocadas en el sector petrolero iraní.

En respuesta, Irán anunció la reanudación del desarrollo de la tecnología nuclear. El propio Zarif anunció en julio que su país había superado en 300 kilogramos el límite establecido por el Plan Integral de Acción Conjunta (JCPOA, por sus siglas en inglés) firmado en 2015 con el sexteto de potencias nucleares.

Las tensiones bilaterales tomaron un nuevo giro últimamente después de los ataques a petroleros en el golfo de Omán, el derribo por parte de la República Islámica de un dron estadounidense y el plan de ataque aéreo contra Irán que Trump suspendió en el último minuto el pasado junio.

Una prioridad para Macron
Macron convirtió el reinicio de las negociaciones con Teherán en una prioridad en la cumbre del G7 de este fin de semana. El presidente francés habría presentado su plan para arreglar el conflicto con Irán a Trump en una reunión.  

Según informes, el plan del mandatario galo implica que EE.UU. levante su embargo contra el suministro de petróleo iraní a India y China, proporcione asistencia económica a Irán a cambio de que Teherán regrese inmediatamente al cumplimiento del acuerdo de 2015 y llegue a la mesa de negociaciones.

Sin embargo, Trump se negó categóricamente a discutir cualquier opción de concesión. El líder estadounidense insistió en que su campaña de "máxima presión" de sanciones económicas contra la República Islámica está funcionando. RT

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