El Gobierno de Estados Unidos ha comenzado a hacer pruebas con un tipo de misil de alcance medio que hasta este mes había prohibido un acuerdo de desarme nuclear con la Unión Soviética y Rusia abandonado por la Casa Blanca. Donald Trump se retiró unilateralmente del Tratado de Fuerzas Nucleares de Alcance Intermedio en febrero, y dejó que este expirara completamente el 2 de agosto.
El Pentágono reveló en un comunicado publicado el lunes que «el 18 de agosto de 2019, a las 14.30 hora del Pacífico, el ministerio de Defensa condujo un vuelo de prueba en un misil tierra-aire de configuración convencional, lanzado desde la isla de San Nicolás en California».
El misil, modelo Tomahawk, fue eyectado desde una lanzadera móvil y acertó en su objetivo, situado en alta mar a 500 kilómetros. Aunque el proyectil puede portar cabezas nucleares, para la prueba estaba armado con una convencional. El misil en pruebas tendrá un rango final de 1.000 kilómetros y estará listo para su incorporación en el arsenal hábil de las Fuerzas Armadas norteamericanas en apenas 18 meses.
El tratado abandonado se firmó en Washington en 1987 y entró en vigor un año después. Prohibió la producción, tenencia y pruebas de vuelo de misiles de crucero lanzados desde tierra con una capacidad de alcance de 500 a 5.500 kilómetros. Washington destruyó después 846 misiles. Moscú, 1.846. Estuvo vigente algo más de tres décadas.
Nuevas pruebas
Aparte de este primer misil, en meses próximos el Pentágono probará otros modelos hasta ahora prohibidos, con alcances de 3.000 y 4.000 kilómetros. Ninguno de ambos tendrá, en principio, capacidad para una cabeza nuclear.
Trump decidió retirarse del Tratado de Fuerzas Nucleares de Alcance Intermedio por dos motivos: el repetido incumplimiento por parte de Rusia, que desde 2008 probó sus propios misiles de alcance medio en Europa oriental, y el hecho de que China no hubiera firmado el pacto y por tanto haya amasado su propio arsenal en el Pacífico.
Ante las quejas de los gobiernos de la Unión Europea, incluido el español, por lo que temen que se convierta en un rearme nuclear en el continente, el Pentágono afirma que no contempla ninguna escalada militar.
La primera ocasión en que EE.UU. acusó a Rusia de no cumplir en tratado fue en un informe de 2014. El Pentágono detectó en 2008 pruebas con misiles de medio alcance en Europa, lo que suponía una violación de los términos del acuerdo. Según denunció el Departamento de Defensa en un informe fechado en febrero, «Rusia ha demostrado su determinación de emplear la fuerza para alterar el mapa de Europa e imponer su voluntad sobre sus vecinos, con la amenaza de armas nucleares».
No es esta la primera ocasión en que EE.UU. se retira de un pacto de no proliferación nuclear. En 2002 George W. Bush se retiró el Tratado de Misiles Antibalísticos, firmado por Richard Nixon y Leónidas Breznev en 1972, que limitó los sistemas antibalísticos posicionados para defenderse de misiles con carga nuclear.
abc
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