"No es un entrenamiento sobre el terreno dirigido contra el Norte, sino un simulacro de puesto de mando conjunto con la intención de preparar la transferencia del control operativo en tiempos de guerra (de Washington a Seúl)", cita la agencia Yonhap al portavoz del ente, Lee Sang-min.
El portavoz agregó que el ejercicio "no es una violación de los acuerdos militares entre el Norte y el Sur".
El 11 de agosto, un alto cargo del Ministerio de Exteriores norcoreano dijo que Pyongyang no mantendrá contactos con Seúl a menos que presente una "excusa plausible" de su "ejercicio bélico agresivo".
Corea del Norte realizó cinco lanzamientos de proyectiles desde el 25 de julio. El dirigente norcoreano, Kim Jong-un, calificó esas pruebas como "advertencia pertinente" frente a un nuevo ejercicio militar conjunto de Corea del Sur y EEUU.
El presidente de EEUU, Donald Trump, con quien Kim Jong-un se entrevistó en tres ocasiones desde junio de 2018 para abordar la desnuclearización de la península de Corea, afirmó el 9 de agosto que el líder norcoreano se disculpó en una carta por las recientes pruebas de misiles, prometió cesarlas en cuanto terminen las maniobras conjuntas de Washington y Seúl y expresó la disposición de retomar las negociaciones.
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