"La medida cautelar fue dictada por el juez Adilbek Subankúlov durante una audiencia extraordinaria que tuvo lugar en el Comité de Seguridad Nacional", precisó el consejero legal.

Slésarev agregó que los cargos preliminares contra el expresidente están relacionados con su papel en la excarcelación de un capo criminal, Aziz Batukáev.

"Por ahora no se conoce mucho, pero le imputan corrupción en el caso Batukáev", dijo.

Batukáev, sentenciado a 16 años y ocho meses de prisión en 2006 como instigador de un motín carcelario que costó la vida a cuatro funcionarios, fue liberado en 2013 después de que una comisión médica le diagnosticara un cáncer terminal. Más tarde, después de que el exreo abandonara Kirguistán con un nuevo pasaporte, se supo que era un diagnóstico falso y se abrió una investigación, en el marco de la cual fueron detenidos varios médicos y funcionarios de alto rango, por supuesta corrupción.

Atambáev se entregó a las fuerzas del orden, después de que un grupo de operaciones especiales lanzara un nuevo asalto a su residencia cerca de Biskek, al día siguiente del primer operativo que derivó en enfrentamientos con los partidarios del expresidente y se saldó con un muerto y casi cien heridos.

Posteriormente el Ministerio del Interior kirguís precisó que Atambáev fue llevado al Departamento Principal de Investigaciones.

La Fiscalía General de Kirguistán anunció el 8 de agosto la apertura de una investigación penal por presuntos delitos de desórdenes públicos, vandalismo, asesinato, homicidio en grado de tentativa, amenaza o violencia contra autoridad y toma de rehenes.

Por su parte, el presidente de Kirguistán, Sooronbái Zheenbékov, dijo que Atambáev será imputado por delitos graves.

El pasado 20 de junio, el Parlamento kirguís entregó a la Fiscalía un pliego de acusaciones contra el expresidente Atambáev (2011-2017), entre ellas su implicación en varias tramas de corrupción y blanqueo, reordenación ilícita de terrenos y asistencia a la excarcelación ilegal de un capo criminal.

La Fiscalía avaló todos los cargos, salvo los de usurpación de poderes y persecución a periodistas y oponentes políticos.

De ser declarado culpable, el expresidente, de 62 años, podría pasar el resto de su vida entre rejas.

Atambáev atribuye las acusaciones a motivos políticos, insiste en que es inocente y se declara dispuesto a rendir cuentas de su gestión, pero hasta la fecha rehusó comparecer ante los jueces instructores que le citaron reiteradamente para prestar declaración.

Las leyes en vigor permiten, en este caso, llevarle por la fuerza al interrogatorio.

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