"Necesitamos lanzar una severa advertencia a los grupos violentos e irresponsables y a las manos negras que están detrás de ellos: van a pagar si juegan con fuego", dijo en una rueda de prensa Yang Guang, el portavoz de la Oficina para los Asuntos de Hong Kong y Macao del Consejo de Estado de China.
Yang, citado por el diario South China Morning Post, añadió que "todas las partes responderán ante la ley".
"No confundan nuestra mesura con debilidad, no subestimen la determinación del Gobierno central para mantener la estabilidad", subrayó.
El portavoz reiteró el apoyo de Pekín a la actual jefa del Ejecutivo de Hong Kong y aseguró que "la oposición, deseosa de derrocar a Carrie Lam, no lo conseguirá".
Sobre la eventual implicación del Ejército de Liberación Popular para sofocar las protestas, Yang señaló que el Gobierno y la policía de Hong Kong, con el firme apoyo del pueblo de China, es perfectamente capaz de proteger la ley y el orden.
A la pregunta de si descarta el uso de la fuerza militar para atajar la crisis, puntualizó que "el Gobierno central apoya la prosperidad y la estabilidad de Hong Kong".
"No dejaremos impune ninguna acción que atente contra el principio de 'un país, dos sistemas'", remató.
La Policía de Hong Kong utiliza gases lacrimógenos, balas de gamas y granadas de esponja para disolver las protestas que continúan desde el 9 de junio pasado y realizó hasta la fecha más de 500 arrestos, incluidos 148 este lunes.
El detonante de las manifestaciones fue la polémica ley de extradición, que permitiría a Hong Kong entregar a prófugos a los territorios con los que no tiene acuerdos formales de extradición, como Taiwán, Macao y la China continental.
Quienes impugnan la normativa temen que daría luz verde a la entrega a Pekín de disidentes políticos y funcionarios corruptos.
El 15 de junio, el Gobierno de Hong Kong suspendió el controvertido proyecto de ley, pero se negó a revocar por completo las enmiendas correspondientes, por lo que las protestas continuaron.
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