En una entrevista concedida el miércoles a la cadena iraní en lengua inglesa Press TV, Stanley dijo que tanto a él como a su hijo les gusta la República Islámica de Irán y la “historia fantástica” del país persa.
Destacando que Londres y Teherán gozan de unas “relaciones amistosas” de larga data, aseguró que el nuevo primer ministro conservador británico puede resolver la actual disputa entre ambos países por la retención de sendos petroleros.
La captura de un superpetrolero con crudo iraní el pasado 4 de julio en las aguas de Gibraltar por el Reino Unido desató la tensión con Irán. Londres acusó entonces a Teherán de violar sanciones europeas impuestas a Siria al tratar de llevar el crudo a Siria, una aseveración que rechazó el país persa.
Dos semanas después, la Fuerza Naval iraní incautó un petrolero británico en el estrecho de Ormuz “por no haber respetado el código marítimo internacional” cuando atravesaba esta estratégica vía marítima.
Ante esta circunstancia, el dimitido Ejecutivo británico de Theresa May propuso el lunes la formación de una fuerza naval europea para escoltar las naves en el Golfo Pérsico. Por su parte, EE.UU. también intenta crear una coalición militar antiraní para supervisar supuestamente la libertad de navegación en el oeste de Asia, incluido el Golfo Pérsico.
Irán ha advertido de que una mayor presencia occidental en el Golfo Pérsico, donde circulan numerosos buques militares foráneos y donde EE.UU. ha acumulado más fuerzas, podría agravar la actual crisis.
Según el vicepresidente primero iraní, Eshaq Yahanguiri, cualquier coalición extranjera perjudicará la seguridad regional, la cual puede ser garantizada por Irán y los otros países litorales. “No hay necesidad de formar una coalición para proteger la región”, remarcó el responsable persa.
HispanTV
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