Conforme a los medios locales sirios, la aviación rusa lanzó misiles contra blancos de los denominados rebeldes que gozan de los apoyos logísticos de Turquía en la ciudad de Al-Madayin, en el sur de la gobernación de Idlib.
Dicha operación dejó más de 15 integrantes del autodenominado el “Frente Nacional de Liberación Siria” muertos y varios otros heridos. Las fuentes consultadas aseguraron que este ataque aéreo cumplió su objetivo de destruir las posiciones de artillería de los milicianos.
Este último ataque aéreo ruso se llevó a cabo en represalia por un intento de infiltración realizado por los combatientes del “Frente Nacional de Liberación Siria” en el norte de la provincia de Latakia (oeste).
Rusia y Turquía llegaron a un acuerdo en septiembre de 2018 para establecer una zona desmilitarizada en Idlib, el último bastión de los grupos terroristas y armados, en particular, del Frente Al-Nusra (ahora denominado Frente Fath Al-Sham), que, según diversos informes, recibe el apoyo de Estados Unidos, el Reino Unido y algunos Estados árabes ribereños del Golfo Pérsico.
No obstante, la agrupación takfirí Frente Al-Nusra logró hace meses numerosos avances frente a otros grupos armados e incrementó su control en la provincia de Idlib, desde donde de vez en cuando ataca las provincias vecinas y provoca muertos en las filas de sus rivales terroristas.
Ante tal coyuntura, Rusia, aliado de Damasco en su lucha antiterrorista, se vio obligado a denunciar que el acuerdo de alto el fuego no se está aplicando y advirtió del peligro que supone el fortalecimiento de este grupo terrorista en la zona.
En las últimas semanas, las fuerzas sirias y rusas han lanzado una campaña de ataques contra Idlib que ha permitido la recuperación de varias zonas que estaban bajo el control del Frente Al-Nusra.
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