“Todo lo que se abordó en el taller de Manama fue mentira e invento de Jared Kushner (asesor y yerno del presidente estadounidense, Donald Trump), pues, el acuerdo del siglo ha terminado, y sufrirá una derrota igual como sufrió la conferencia de Manama”, afirmó el mandatario palestino a los periodistas en la ciudad de Ramalá, en el norte de la ocupada Cisjordania.
Abás enfatizó que “fracasará cualquier plan o acuerdo” para el conflicto israelo-palestino, que no cuente con la participación de los palestinos. Añadió que la causa palestina primero se resolverá mediante una solución política y luego solución económica.
Asimismo, subrayó que la Administración de EE.UU., presidida por Trump, debe facilitar las condiciones previas necesarias para las negociaciones dirigidas a formar dos Estados, y reconocer a Al-Quds (Jerusalén) como una ciudad ocupada.
El presidente palestino hizo estas declaraciones después de que en la misma jornada del miércoles, Kushner dijera que Trump está “muy encariñado” con Abás y está dispuesto a involucrarlo en la propuesta de paz de Estados Unidos en el momento adecuado.
También insinuó que el plan de paz de Estados Unidos podría hacer un llamado a los refugiados palestinos para que se establezcan permanentemente donde están, en lugar de regresar a su país de origen, una posición que siempre ha recibido las críticas de los palestinos que enfatizan en el derecho de retorno de los desplazados a sus hogares.
El foro de Baréin, auspiciado por EE.UU., se celebró en medio de una gran polémica y pese a la oposición de muchos grupos palestinos y personalidades árabes de diferentes partes del mundo.
Algunos países regionales y extrarregionales habían sido invitados a la conferencia, pero varios de ellos, entre los que se encuentran El Líbano, Irak, Rusia y China, la boicotearon. Evidentemente, Arabia Saudí y los Emiratos Árabes Unidos (EAU), alineados con Washington y el régimen de Tel Aviv, asistieron a la cita contra el deseo de sus propios pueblos.
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