Inicialmente, las elecciones locales en Albania debían dar una respuesta a la pregunta fundamental: ¿de qué lado está el apoyo de la mayoría de la población en el conflicto entre las autoridades y la oposición que ya dura seis meses? Desde febrero, el opositor Partido Demócrata ha llevado a decenas de miles de personas a las calles de Tirana y otras ciudades albanesas. Exigían la renuncia del primer ministro socialista Edi Rama, la formación de un Gobierno técnico y la celebración de elecciones legislativas anticipadas. Las protestas regulares terminaron en choques con la policía, dispersión de los manifestantes y arrestos.
Sin embargo, las protestas masivas no alcanzaron tal grado como para que el Gobierno se viera obligado a hacer concesiones, subraya el corresponsal del diario ruso Kommersant en Albania, Grigori Sisóyev.
En esta situación, precisamente las elecciones locales podrían ayudar a evaluar el equilibrio de poder entre los principales oponentes.
En el plazo establecido por la Constitución, las elecciones fueron convocadas por el Parlamento, mientras que el primer ministro firmó un decreto sobre su celebración el 30 de junio. Sin embargo, la oposición estaba en contra, exigiendo posponer las elecciones y organizarlas simultáneamente con las elecciones parlamentarias anticipadas. El presidente Ilir Meta se puso del lado de la oposición: canceló la votación del 30 de junio y convocó las elecciones para el 13 de octubre. Sin embargo, el Gobierno ignoró el decreto presidencial, y Rama prometió firmemente: las elecciones sí se llevarán a cabo el último día de junio y constituirán un "golpe final" contra la oposición.
El Gobierno de Rama fue apoyado por Estados Unidos y la UE. Primero, el director a cargo de los Balcanes en el Departamento de Estado de EEUU, Matthew Palmer, dijo que Washington "reconoce el 30 de junio como un día de elecciones en Albania" y pidió a todos los partidos albaneses que "aseguren elecciones pacíficas y legítimas". Luego, la Delegación de la UE en Tirana hizo un llamado para no bloquear la votación y volver al diálogo.
El día de las elecciones, el presidente Meta llamó a los albaneses a la calma y la moderación: "Respetemos a nuestros conciudadanos, quienes asistirán a estas elecciones socialistas, y pedimos no entrar en confrontación con ellos. Hoy, votarán los socialistas, mientras que el 13 de octubre, los albaneses votarán todos juntos".
Para garantizar la celebración de elecciones sin incidentes, el Gobierno tomó precauciones. La entrega de papeletas y la seguridad de los centros de votación fueron garantizadas por escuadrones de la Policía reforzados, mientras que las fuerzas especiales militares se desplegaron en el barrio capitalino de Embajadas.
La oposición finalmente boicoteó las elecciones, sus líderes advirtieron: "Enfrentamos un conflicto civil".
El Instituto Internacional de Estudios de Oriente Medio y los Balcanes, Ifimes, ubicado en Liubliana, también advirtió del peligro de una guerra civil en Albania.
"La corrupción en Albania se ha convertido en una forma de vida. En lugar de continuar las reformas y la democratización, Edi Rama lanzó el proceso de la cannabización del país", afirmaron los expertos del Ifimes en su último informe.
El documento afirma que Albania se convirtió en el principal productor y comerciante de cannabis en Europa, la producción de marihuana en el país se multiplicó por cinco en un año.
En este sentido, Ifimes considera no accidental una negativa reciente de los líderes de la UE a comenzar las negociaciones con Albania para unirse a la Unión Europea. En la cumbre de la UE del 20 de junio, esta decisión se pospuso hasta octubre. Sin embargo, como explicó una fuente de Kommersant en los círculos diplomáticos europeos bajo condición de anonimato, "en el otoño, Francia, Alemania y los Países Bajos, que principalmente bloquearon el inicio de las negociaciones con Albania, probablemente no cambien mucho su posición".
Esto significa que el proceso de la adhesión de Albania a la UE no se iniciará en octubre, especialmente si se intensifica la crisis política en el país, concluye Sisóyev.
Sputnik
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