Según el militar, las pruebas fotográficas captadas por satélites, junto a varios informes, atestiguan que Corea del Norte no está abandonando su programa nuclear, tal y como espera la comunidad internacional.
Ashley ha hecho esa constatación cuando las negociaciones para el desarme nuclear del país asiático están paralizadas luego de que la última cumbre celebrada entre Kim y el presidente de EE.UU., Donald Trump, el pasado febrero en Hanói, la capital vietnamita, se interrumpiera abruptamente sin que las partes hubieran acercado posturas.
Las conversaciones se interrumpieron por la intransigencia de Trump, que no aceptó levantar parcialmente las restricciones económicas impuestas a Corea del Norte a cambio de que Pyongyang siguiera desmantelando sus instalaciones atómicas.
En línea con las suposiciones de los servicios de inteligencia estadounidenses, la inteligencia surcoreana dice haber detectado signos de que Corea del Norte está restaurando parte de un sitio de pruebas de misiles ya desmantelado, y que mantiene funcionando los sitios de enriquecimiento de uranio del complejo nuclear de Yongbyon.
Pyongyang, por su parte, asegura haber dado ya antes pasos de buena fe destruyendo su reactor del complejo nuclear de Yongbyon y otros lugares de pruebas nucleares y misiles.
Entre tanto, mientras Washington busca cerrar un trato de desnuclearización con Pyongyang, hay quienes señalan que Estados Unidos —y en concreto su actual Administración— no es de fiar, ya que, con la llegada del magnate neoyorquino a la Casa Blanca, EE.UU. abandonó varios pactos firmados por la anterior Administración de Barack Obama.
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