Estos días se está hablando mucho de la irrupción del 5G en varias ciudades de España. Las velocidades que está alcanzando el nuevo protocolo de comunicaciones, a pesar de estar todavía en sus inicios, son mucho más altas que las de las redes 4G. Si a esto sumamos que con la llegada del 5G también lo están haciendo las tarifas planas de datos, es de sentido común preguntarse si la fibra óptica y las redes WiFi seguirán teniendo sentido en domicilios y empresas.
Antes de entrar en más detalles, conviene diferenciar lo que se denominan redes WiFi 5G, que ya incorporan muchos routers y dispositivos. Estas no tienen nada que ver con las redes 5G. Este tipo de conexión WiFi se denomina así porque opera en una banda de frecuencias de 5 Ghz, diferente a la de conexiones WiFi antiguas. La distinción es importante, pues puede dar lugar a errores a la hora de elegir ciertos dispositivos y servicios.
Centrándonos en las redes 5G la velocidad de transferencia de datos y de respuesta, su latencia, mejora lo que ofrecen algunas redes WiFi. Eso en teoría permitiría a medio plazo que estas redes puedan ser incluso más interesantes para transferir datos que la fibra óptica y el WiFi. Pero para eso hace falta un despliegue mucho mayor de las redes 5G.
Por otra parte la tecnología WiFi también está evolucionando. Las redes WiFi 6, que aún son una rareza pero que ya equipan dispositivos como el Samsung Galaxy S10, permiten velocidades de descarga de hasta 1 giga utilizando la frecuencia de 2,4Ghz, pero esta velocidad se incrementa hasta los 4,8 gigas teóricos en la banda de 5Ghz. Lo interesante de estas redes es que se pueden conectar varios dispositivos a la vez. Las redes 5G sin embargo permiten la conexión de un único dispositivo.
Aunque ese dispositivo puede ser router. De hecho, ya existen productos de este tipo. Como es el caso del router 5G D-Link DWR-2010. Este aparato permite recibir una señal 5G y distribuirla como un router conectado a una red de fibra óptica. Lo curioso es que para usar una red inalámbrica que sustituya al cable no es tan necesario como parece una conexión 5G.
En muchos países las redes 4G son tan veloces o más como las conexiones estándar de Internet basadas en cable que se pueden contratar con los operadores. Así lo revela un estudio de 2018 de Open Signal (PDF). Aunque, ya advertimos que España no está en la lista de los países que han sido objeto del estudio.
De hecho, algunos usuarios debido a la subida de las cantidades de datos que se pueden transferir mensualmente han comenzado a prescindir de las redes de fibra. Esta tendencia puede ir a más cuando comiencen a popularizarse las tarifas planas de datos, como la que ofrece ya Vodafone para redes 4G y 5G.
Pero lo cierto es que la futura mejora de las conexiones WiFi hace que esta tecnología siga siendo casi imprescindible. Incluso aunque en un determinado momento los operadores de telecomunicaciones consideren más interesante que los datos lleguen a nuestros domicilios y espacios de trabajo a través de las redes 5G.
Ese escenario conlleva ciertas desventajas para los que siguen apostando por usar el cable, bien sea por motivos de seguridad o por la estabilidad que proporciona a la hora de suministrar datos. No olvidemos que las conexiones más estables y seguras se logran conectando directamente un cable Ethernet desde un router al ordenador.
Sobre todo teniendo en cuenta la saturación que sufren algunos domicilios debido a la gran cantidad de conexiones WiFi cercanas. Incluso algunos dispositivos profesionales siguen utilizando los viejos cables Ethernet. Como es el caso de algunas cámaras profesionales, que cuentan con esta clase de conexión debido a la alta velocidad de transferencia de datos que permite.
Las conexiones más estables y seguras se logran conectando directamente un cable Ethernet desde un router al ordenador
Además, repetimos, siempre es mucho más seguro un cable que cualquier conexión inalámbrica, sea 5G o WiFi. Por eso, al margen de que se puedan extender el uso de las redes 5G combinadas con el WiFi, siempre habrá un núcleo de usuarios profesionales que se resistirá a abandonar las conexiones por cable.
En cualquier caso todo esto está en el aire hasta que el 5G no se expanda mucho más. Y eso no va a pasar de la noche a la mañana. Lo que parece claro es que las redes WiFi públicas poco a poco se irán convirtiendo en una rareza según se abran paso las conexiones 5G. Al menos en los países que puedan pagar el despliegue masivo de esa clase de redes.
Las redes WiFi públicas poco a poco se irán convirtiendo en una rareza según se abran paso las conexiones 5G.
Lavanguardia