El oro lo consiguió, como se esperaba, la martillista Irene Gómez, lanzando la bola de 3 kilos a 62,37 metros, ratificando su evidente superioridad a nivel nacional, una vez más. Un nuevo éxito para la discípula de José Manuel Hermida, el maestro de los lanzamientos.

Con esta actuación la céltica ha logrado el billete para el Festival Olímpico de la Juventud Europea, que serán en Bakú del 21 al 27 de julio.

El otro oro gallego lo alcanzó la pontevedresa Antía Sestelo, del Ría de Ferrol, lanzando la jabalina a 45,68 metros, alumna de otro acreditado técnico, Javier López Viñas.

Una medalla de plata fue lograda en 100 metros lisos por el céltico Erik Fernández, discípulo de Alberto Salgado, con un crono de 10,90 que es nuevo récord gallego, mejorando en una centésima al conseguido por el compostelano Victor Mosteiro el año pasado en Balaídos. Nos recuerda con profunda satisfacción a otro céltico, Rogelio Rivas, el primer 10,4 manual de la historia en España, en el año olímpico de 1964, que le había proporcionado el billete para los Juegos de Tokio meses después.

Los gallegos lograron dos bronces, el de María Pena (Atletica Silva) lanzando la jabalina a 43,34 m. y el del céltico David Ngwilde en 400 metros vallas con 54,88 después de establecer un nuevo récord gallego juvenil con 54,54 en las semifinales, evidenciando una superación personal extraordinaria.

Evidentemente la actuación gallega en estos nacionales juveniles sub-18 es satisfactoria y, en particular, la de los atletas célticos, evidenciando las posibilidades futuras de estos nuevos valores que tanto enriquecen la plantilla viguesa para sucesivas temporadas y, en particular, pensando en la Liga nacional como torneo más ilusionante a nivel de clubes.

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