Joshua Wong: “Tras el Movimiento de los Paraguas, dijimos que volveríamos. Lo hemos conseguido”

  18 Junio 2019    Leído: 690
  Joshua Wong:   “Tras el Movimiento de los Paraguas, dijimos que volveríamos. Lo hemos conseguido”

El líder estudiantil ha salido este lunes de la cárcel tras cumplir una sentencia por aquellas protestas, en plena nueva ola de movilizaciones ciudadanas en Hong Kong.

Joshua Wong fue el líder más carismático del Movimiento estudiantil de los Paraguas en Hong Kong hace cinco años. Con solo 17 años, consiguió movilizar a los estudiantes de secundaria para que participaran en unas sentadas que paralizaron el centro de la excolonia británica durante casi tres meses. Acaba de cumplir una condena a tres meses de cárcel por cargos relacionados con aquellas sentadas, que marcaron un antes y un después en la concienciación ciudadana de su generación. Su excarcelación, este lunes, no ha podido llegar en un momento más clave: un día después de que dos millones de ciudadanos según los organizadores, 337.000 según la policía, colapsaran el centro de la ciudad para reclamar la dimisión de la jefa de Gobierno, Carrie Lam, y la retirada del polémico proyecto de ley de extradición.

Pocas horas después de su puesta en libertad, y mientras acudía a saludar a los manifestantes concentrados ante la sede del Legislativo hongkonés, que le acogieron con un entusiasmo ensordecedor, Wong concedía una breve entrevista a varios medios españoles, entre ellos EL PAÍS.

P.  ¿Cómo ha sido su tiempo en prisión?

R.  No ha sido fácil soportar la presión. No me podía cambiar la camiseta más de dos veces por semana. La situación allí era de bastante suciedad.

P.  Ahora, ¿qué planes tiene? ¿Va a ponerse al frente del movimiento de manifestantes?

R.  La verdadera líder de estas manifestaciones, en realidad, es Carrie Lam. Sin la terrible actitud que ha demostrado, no hubiéramos tenido un millón de personas en las calles. Así que si me preguntan quién es más adecuado para liderar este movimiento, diría que Carrie Lam. Es la única que ha movilizado a tanta gente a salir a la calle.

P.  ¿Qué opina de cómo se han organizado las protestas?

R.  En las últimas semanas, la coordinación ha sido una cosa de los ciudadanos. No hay líderes. Esto es lo que hace único este movimiento, distinto a protestas anteriores y al Movimiento de los Paraguas. Espero que la comunidad internacional se dé cuenta de que simplemente no podemos permanecer silenciosos en esta batalla contra Pekín. Hace dos meses, si alguien hubiera dicho que habría un millón de personas en una manifestación, nadie lo hubiera creído. Absolutamente nadie. Pero hace cinco años, cuando se disolvió el Movimiento de los Paraguas, dijimos que volveríamos. Y cinco años después, después de sufrir supresión política y presiones, lo hemos hecho. Lo hemos conseguido. Estamos de vuelta en Harcourt Road (la calle principal en las sentadas de 2014, y ocupada de nuevo en las manifestaciones del miércoles y el domingo).

P.  Usted acaba de salir de la cárcel y lo primero que ha hecho ha sido reclamar la dimisión de Lam. Pero ¿qué cambiaría si dimite? ¿No teme una dura respuesta de Pekín hacia Hong Kong?

R.  No importa quién sea nombrado por Pekín para el cargo de ministro jefe, seguirá siendo una marioneta de China. Pero en cualquier sociedad democrática, Lam hubiera dimitido ya. Esa es la simple realidad.

P.  ¿Cree, verdaderamente, que Carrie Lam pueda acabar dimitiendo en un futuro cercano?

R.  La próxima semana se celebrará la cumbre del G20 (en Osaka, Japón, a la que están invitados el presidente de EE UU, Donald Trump, y el de China, Xi Jinping). Sabemos que Trump puede plantearse mantener conversaciones con el “emperador” Xi acerca del proyecto de ley de extradición de Hong Kong. Que se dé cuenta entonces Xi Jinping de que Carrie Lam es una carga política para él, y que mantenerla como líder le perjudica.

P.  ¿Qué perspectivas ve para el 1 de julio, cuando Hong Kong conmemorará el aniversario de la vuelta a la soberanía china en 1997, habitualmente con una gran manifestación?

R.  Antes del 1 de julio, Carrie Lam tiene que haber puesto fin a su carrera política. Necesita pagar un precio por cómo permitió, apoyó, dio permiso y su respaldo a que la Policía de Hong Kong disparara a los ciudadanos.


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