El Google Pixel original se lanzó en octubre de 2016. El Google Pixel 2 se vio la luz en octubre de 2017 y el Google Pixel 3 fue presentado en octubre de 2018. Si asumimos que el lanzamiento de los Google Pixel 3a y 3a XL no ha cambiado el calendario de Google, en octubre de 2019 deberíamos ver los nuevos Google Pixel 4 y 4 XL, unos dispositivos que hasta el momento han estado en la sombra pero que ahora han empezado a salir a la luz.
La imagen confirma el cambio en el diseño de la parte posterior del dispositivo, con al menos dos cámaras traseras, un sensor y un gran botón para encender el equipo, junto con el logo de la compañía.
Han publicado unas nuevas imágenes en las que se puede ver el frontal del dispositivo, donde estará una de las grandes novedades en lo que tiene que ver con el diseño del Google Pixel 4: incluirá agujero en la pantalla en la zona superior derecha que, por sus dimensiones, tendrá un par de sensoresintegrados. Esto hará que el dispositivo olvide el notch en el panel, lo que son buenas noticias ya que el integrado en el Pixel 3 XL es, simplemente, monstruoso. El marco de la zona inferior es sensiblemente más pequeño que el que ofrece el teléfono que actualmente vende la compañía de Mountain View.
Sin embargo, por ahora no revelan si continuarán con el notch que caracterizó a las versiones del Pixel 3. Claro que ya hay rumores que apuntan a que en Google le dirán adiós a esa característica. Se espera además venga con sistema operativo Android Q.
Esto es algo que se acaba de conocer, y que sería de lo más interesante si realmente se confirma que es así en el nuevo teléfono de la firma. El caso, es que se ha filtrado que el Google Pixel 4 se podría utilizar mediante gestos sin necesidad de tocar la pantalla del smartphone. Para conseguir esto, el dispositivo incluirá la tecnología propietaria denominada Project Soli, que la firma anunció en el año 2016 y que hace poco ha conseguido aprobación por parte de la Comisión Federal de Comunicaciones (lo que posibilitaría su uso en el equipo del que hablamos).
Para utilizar este desarrollo, en el interior del teléfono se debe incluir más o menos un radar que detecta los movimientos de forma precisa, lo que permitiría reconocer esto y ejecutar acciones sin tener que tocar para nada el dispositivo. No es la primera vez que se ve un intento por ofrecer esto en un teléfono (un ejemplo es el LG G8S), pero todo apunta que sí sería la opción más avanzada que se ha puesto en el mercado hasta la fecha.
Poco más se sabe del terminal, si bien podemos intuir que, como sus antecesores, el último procesador de Qualcomm podría hacer acto de presencia. Si todo va como hasta ahora, deberíamos verlo presentado a principios del mes de octubre.
cubadebate.cu
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