"Los miembros del Consejo condenaron enérgicamente la violencia reciente en la República de Sudán y expresaron su pesar por los civiles muertos y heridos", dice la declaración del Consejo de Seguridad de la ONU.
Agrega que el Consejo expresa "profundas condolencias a las familias de las víctimas y desea una rápida y completa recuperación a los heridos".
Consejo de Seguridad también llamó a cesar de inmediato la violencia contra los civiles y destacó la importancia de "respetar los derechos humanos, asegurar la plena protección de los civiles y garantizar la justicia".
El organismo insta a todas las partes implicadas a "continuar trabajo conjunto para lograr una solución de consenso a la crisis actual".
El 3 de junio, las fuerzas de seguridad y las milicias progubernamentales en Sudán procedieron a un violento desalojo de la acampada que la oposición mantenía frente al Comando General de las Fuerzas Armadas, y que las autoridades habían calificado de amenaza a la seguridad nacional.
Ante el fuerte rechazo que el uso de la fuerza provocó dentro y fuera de Sudán, los militares alegaron la necesidad de capturar a criminales supuestamente infiltrados en la acampada, asegurando que los manifestantes podrían volver a la plaza varios días más tarde.
La oposición, por su parte, instó a los sudaneses a comenzar una campaña nacional de desobediencia cívica exigiendo que el Consejo Militar de Transición, formado tras el derrocamiento del presidente Omar al Bashir, a mediados de abril pasado, ceda inmediatamente el poder a un gobierno civil.
La semana pasada, el presidente del Consejo Militar de Transición, Abdul Fatah al Burhan, anunció que en un plazo de nueve meses el país celebrará elecciones generales.
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