Antes de la rotura, la actividad sísmica aumentó durante la tarde de ayer alcanzando su punto álgido a medianoche. El Etna de más de 3.300 metros de altura suele ofrecer este espectáculo varias veces al año.
La última gran erupción fue en 1992. Según los expertos esta nueva actividad no constituye peligro para los núcleos de población y tampoco afecta al aeropuerto de Catania.