Un tripulante del Méndez Núñez, se quedó en el portaviones estadounidense USS Abraham Lincoln como encargado de coordinar las relaciones entre el buque de EEUU y la fragata española, informa el periódico ABC.
Según sus altas fuentes, la decisión de retirar al Méndez Núñez del grupo de combate estadounidense que estaba aproximándose a Irán no fue discutida previamente en el Consejo de Ministros de España.
"Es una competencia propia de Defensa", subrayan desde la presidencia del Ejecutivo.
Según El País, fue la ministra de Defensa, Margarita Robles, la que tomó la decisión después de que Exteriores y Defensa estuvieran días examinando la retirada del Méndez Núñez ante el rápido deterioro de la situación en el golfo Pérsico.
El presidente Pedro Sánchez solo aprobó "la decisión que se basa en motivos técnicos y militares correctamente explicados por la ministra".
En Moncloa argumentan que no temen la reacción de la Administración Trump.
La ministra portavoz, Isabel Celaá, justificó la retirada por "cautela y prudencia" ante la "imprevisibilidad" del presidente Donald Trump; mientras que la vicepresidenta Carmen Calvo aseguró que España "va a apostar siempre por la distensión y más en un lugar como ese", en alusión al golfo Pérsico.
Al mismo tiempo, el Pentágono tomó con calma las explicaciones de Madrid.
"La relación militar entre EEUU y España es fuerte y estrecha y se mantiene como siempre", dijo un portavoz del Pentágono a ABC.
Por su parte, el Consejo de Seguridad de la Casa Blanca rechazó pronunciarse sobre el asunto. Precisamente este organismo fue el que solicitó el envío del grupo de combate al golfo Pérsico.
La Embajada de Estados Unidos en Madrid trasladó informalmente al Ministerio de Exteriores de España su malestar por no haber sido informada de la decisión de retirar la fragata. Esta medida fue comunicada al Pentágono a través de los canales militares, pero no circuló por vía diplomática. Ni la Embajada de EEUU en Madrid ni la de España en Washington estaban al corriente. Sputnik
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