Revolución
El primer prototipo de la caja negra, diseñado por el ingeniero francés François Hussenot, apareció en el año 1939. Era una caja hecha con film fotográfico calibrada con espejos. Los sensores a bordo lanzaban flashes en el film fotográfico y así se registraba el historial del vuelo. Según una de las versiones, de ahí proviene el nombre de la 'caja negra': la grabadora estaba pintada de negro para proteger la película fotográfica de la luz.

Pero muchos sabrán que desde hace tiempo las cajas no son negras, sino naranja para que sea más fácil encontrarlas después de un accidente aéreo.

En general, los registradores de los datos de vuelo han evolucionado con el desarrollo de la tecnología. Las cajas negras de nueva generación cuentan con la memoria flash, lo que significa que no tienen piezas que estén en movimiento, como película o cinta magnética. Por lo tanto, todo el sistema se vuelve más fiable.

Cubiertos al 100% por las llamas del fuego, los registradores magnéticos son capaces de guardar la información solo durante 15 minutos y resistir una sobrecarga de choque de 1000G. Pero las cajas negras modernas garantizan la seguridad de los datos durante 30 minutos en llamas y con una sobrecarga de choque de 3400G.

Además, los registradores modernos son capaces de permanecer un mes a una profundidad de 6000 metros sin poner en peligro los datos.

Desciframiento
Hoy en día, las grabadoras de cinta magnética están fuera de producción, pero todavía hay bastantes aviones que tienen instaladas las cajas negras antiguas. Los expertos del Comité interestatal de aviación (CIEA) de la Comunidad de Estados Independientes, que investigan los accidentes, tienen que trabajar con el equipo de diferentes generaciones.

"Según las estadísticas, en un 32% de los casos hay una pérdida total o parcial de información de los registradores", comentó a la revista Yuri Popov, doctor en ciencias técnicas, jefe del Departamento de Investigación de Información Paramétrica y de audio del CIEA.

En estos casos, los especialistas tienen que usar técnicas de recuperación de datos.

"Tuve un caso en el Lejano Oriente en el que, después de un accidente, un registrador se rompió en trozos pequeños y la película magnética, a su vez, se rompió en pedazos de unos milímetros a 10 cm de longitud. Tuvimos que restaurar los datos como un rompecabezas ".

Según el especialista, hasta el momento, no han tenido que trabajar con unidades de estado sólido muy dañadas.

"Por lo general, si se destruye la caja y el cristal de la memoria está bien, pero algunos contactos se rompen, éstos se sueldan, el chip se inserta en el adaptador y la información se lee de la manera habitual. Sin embargo, sé que se están desarrollando tecnologías para recuperar los datos de chips de memoria que se han visto afectados por incendios o gravemente dañados", dijo.

Para determinar las causas del accidente, los datos de las cajas negras se estudian por los expertos técnicos, pilotos, copilotos y controladores aéreos. Cada uno de ellos puede aportar algo importante a la investigación.

De acuerdo con Popov, los registradores capaces de grabar vídeo ya existen.  Su necesidad se debe principalmente al hecho de que pasamos de indicadores de aguja a las pantallas LCD para mostrar la información de los instrumentos de vuelo.

"Cuando un avión se chocaba con un obstáculo, las agujas dejaban una huella en la escala de medición, y así sabíamos exactamente los datos que mostraba cierto dispositivo en el último instante antes del siniestro. Está claro que la imagen en la pantalla LCD no deja este tipo de huellas. Por lo tanto, se propuso grabar en vídeo el panel de instrumentos para un control doble: grabación directa de los parámetros de vuelo más su reflexión en los instrumentos. Por supuesto, lo que está sucediendo en la cabina también será filmado", señaló el experto.

Sputnik

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