La purga de Gaid Salah choca contra la calle en Argelia

  06 Mayo 2019    Leído: 767
La purga de Gaid Salah choca contra la calle en Argelia

El jefe del Ejército ha encarcelado a aliados de Buteflika, pero los manifestantes le piden que se vaya para que el cambio sea real.

Los argelinos están viendo en el último mes cómo han sido conducidos ante la justicia, y en muchos casos encarcelados, los miembros más poderosos y odiados de eso que la calle denomina la “banda” del poder: desde Said Buteflika, hermano del presidente dimitido, pasando por cinco de sus grandes amigos empresarios, siguiendo por el denostado ex primer ministro Ahmed Ouyahia y continuando con los dos últimos responsables de los servicios secretos. El gran impulsor de esa cacería judicial es el mismo hombre que forzó en abril la dimisión del presidente Abdelaziz Buteflika, tras 20 años en el poder: el jefe del Estado Mayor, Ahmed Gaid Salah, de 79 años.

Gaid Salah podría pensar que con esos gestos está calmando la sed de justicia del pueblo. Pero viernes tras viernes desde el 22 de febrero, cientos de miles de personas salen a la calle para decirle al general: “no es eso, no es eso”. El periodista argelino Abed Charef escribió este domingo en Facebook: “Gaid Salah ha empujado hacia la salida o hacia los tribunales a Abdelaziz Buteflika, Ouyahia, Tufik [exresponsable de los servicios secretos durante 25 años], [el general] Tartag [director de los servicios secretos los últimos cuatro años], (…). Si me hubieran preguntado lo que yo pensaba hace tres meses de un hombre que hiciese todo eso yo habría dicho que lo consideraba como un Dios, o al menos, como un profeta. A pesar de eso, la imagen de Gaid Salah continúa muy negativa”.

En los procesos judiciales muchos analistas argelinos ven simplemente un ajuste de cuentas entre clanes del poder. Y también una cortina de humo para esquivar las verdaderas reformas que reivindica la calle. A Gaid Salah le reprochan, sobre todo, que esté “traicionando” la voluntad del pueblo, que consiste en promover una nueva Constitución y regenerar las instituciones actuales. En lugar de eso, Gaid Salah se aferra a la Constitución vigente y defiende la convocatoria de unas elecciones presidenciales para el 4 de julio gestionadas por las mismas autoridades que llevan dos décadas en el poder.

Un internauta desconfiaba de las últimas detenciones: “Recordad lo que pasó finalmente en Egipto. Los Mubarak (El expresidente, Hosni, y sus dos hijos] han regresado. Y ahora, Al Sisi está en el poder y miles de manifestantes, en la cárcel”. Otros activistas critican el hecho de que Gaid Salah se extralimite en sus funciones como jefe del Estado Mayor y asuma las de “jefe de Estado” que gobierna sobre los jueces a golpe de teléfono.

Si los argelinos no tenían ningún miedo en apodar “La Momia” a Abdelaziz Buteflika, ahora tampoco lo tienen al mofarse de Gaid Salah como el “sargento García”, un personaje bien gordo de la serie televisiva El Zorro, que no se caracteriza precisamente por su inteligencia.

Desde que comenzaron las protestas masivas el 22 de febrero Gaid Salah ha pronunciado más discursos públicos que Buteflika en 20 años de Gobierno. En ellos ha ido incurriendo en varias contradicciones. Primero se mostró amenazante respecto a los manifestantes, después alabó su sentido cívico, más tarde ensalzó los artículos de la Constitución donde se afirma que todo poder emana del pueblo. Pero, finalmente, apoyó la actual Constitución que la calle rechaza cada semana. Mientras tanto, Gaid Salah prometió justicia contra una “banda” -el 2 de abril llegó a utilizar esa expresión- que “conspira contra el Ejército”.

Muchos se alegran de que todos esos personajes de "la banda" hayan entrado en prisión, pero otros estiman que una república nueva no se debe fundar sobre ajustes de cuentas. La activista argelina Amira Bouraoui critica en Facebook a quienes se alegran de los últimos encarcelamientos: “Así no se tratan las cosas en una república que soñaba con nacer con una nueva conciencia ciudadana. La justicia independiente no verá el día con este tipo de actuaciones”.

Otros analistas, como Makhlouf Mehenni, del sitio digital TSA, señalan que si gente como Said Buteflika y el general Mediene, alias Tufik, exjefe de los servicios secretos, están en la cárcel es porque son víctimas de las propias injusticias que ellos alimentaron. “Tufik y Said”, señala Mehenni en un artículo, “han reinado durante 25 y 20 años respectivamente y no han hecho nada por instaurar una justicia imparcial, una administración neutra; en resumen, un Estado de derecho. Digan lo que digan ningún argelino va a llorarles. Ellos son al menos culpables de haber hecho del país una jungla sin ley ni moral”.

En esa “jungla”, el amo es ahora el jefe del Ejército, Ahmed Gaid Salah. Pero su poder lo discuten cada semana cientos de miles de ciudadanos. Muchos medios argelinos ocultan las pancartas donde se critica a Gaid Salah. Aunque finalmente los carteles terminan siendo reproducidos en las redes sociales. Y en ellos suele decirse que cuando el pueblo dice “sistema márchate”, eso también va por el ‘sargento García’.

Elpais


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