La Universidad Hebrea de Jerusalén recuperó la pieza faltante de un 'rompecabezas' de Albert Einstein. En un manuscrito suyo de 1930 sobre la teoría del campo unificado, con la que buscaba unificar todas las fuerzas de la naturaleza, faltaba una hoja que fue recuperada hace un par de semanas entre las 110 páginas de nuevos archivos del científico adquiridos por la universidad.
La página recuperada forma parte de un apéndice de ocho que nunca había sido publicado, aunque existían copias en manos de científicos. "En las copias que teníamos faltaba una página y esto fue un problema. Era un rompecabezas", comentó a AFP Hanoch Gutfreund, asesor científico de la universidad para los archivos de Einstein, quien detalló que la hoja recuperada contiene material nuevo.
Según un comunicado de la Universidad Hebrea, el artículo de Einstein sobre la teoría del campo unificado fue uno de sus numerosos intentos de "unificar las fuerzas de la naturaleza en una sola teoría, y dedicó los últimos 30 años de su vida a este propósito".
Einstein fue uno de los fundadores de la Universidad Hebrea de Jerusalén, que alberga una gran cantidad del legado intelectual del físico, así como más de 80.000 objetos suyos. Este miércoles el establecimiento educativo hizo públicas las 110 páginas de manuscritos, que arrojan luz tanto sobre el trabajo científico de Einstein como sobre su personalidad.
¿De qué manuscritos se trata?
Entre los nuevos elementos de la colección están 84 páginas que en su mayoría abarcan las derivaciones matemáticas de los años 1944-1948; una carta de Einstein a su hijo mayor, Hans Albert, fechada en 1935, en la que expresó sus preocupaciones sobre la popularidad del partido nazi en Alemania; y cuatro cartas a su amigo el ingeniero Michele Besso.
En tres de esas cartas de 1916, Einstein se refirió a su trabajo sobre la absorción y emisión de luz por los átomos, que luego sirvió de base para la tecnología láser. En la cuarta carta, el científico confesó que tras 50 años pensándolo, aún no comprendía la naturaleza cuántica de la luz.
Los nuevos manuscritos fueron un "regalo filantrópico" de la Fundación de la Familia Crown-Goodman de Chicago, que, por su parte, los adquirió de un coleccionista privado en Chapel Hill (Carolina del Norte, EE.UU.). RT
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